Andrea Soler: #1. Adiós, Rafael

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El rico dulzor de mi vino favorito fue terminado en el último trago que le quedaba a la botella, estaba con mis amigas bebiendo en la alberca desde temprano, no teníamos nada que hacer más que chismear y pintarnos las uñas

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El rico dulzor de mi vino favorito fue terminado en el último trago que le quedaba a la botella, estaba con mis amigas bebiendo en la alberca desde temprano, no teníamos nada que hacer más que chismear y pintarnos las uñas. Bueno, yo beber vino más que todo.

—¡Venga Andrea! Eres una aspiradora de vino —comentó Eloisa desde su silla plegable. Estábamos las tres tomando el sol a la orilla de la piscina de mi casa.

—Ya parece un barril de vino, de tanto que lo conserva adentro —Marlene se carcajeó por su bromita estúpida.

Las miré con flojera a ambas, —Digan lo que quieran, pero el vino es mi mejor amigo. Hasta más que ustedes chorro de víboras —solté hacia ellas sacándoles el dedo medio.

Se rieron más, —Pues que el vino te pinte las uñas mugrosa —Eloisa lanzó el pote de pintura de uña hacia mi regazo.

Rodé los ojos, aventando esa porquería a la piscina.

—¡Joder Andrea, es mi color favorito! —se quejó en un lloriqueo.

—Cuidado y no tienes para comprarte mil más —Marlene masculló con fastidio hacia nuestra pelirroja teñida amiga.

—Ustedes son tan cotilla —me quejé hacia ambas.

Al ver que ya no quedaba vino en la botella le pedí a Kenia la mujer de servicio que trajera otra. La trajo enseguida y enseguida me servi una copa llena.

—Lo más gracioso es que se lo bebe como si fuese jugo —Eloisa le dijo a Marlene para seguir criticando mi obsesión por el vino.

—Ya déjala, sabes que sin eso se muere —mi pelinegra, obstinada y cizañosa Marlene le restó importancia.

No sé escapaba de la razón, sino bebía aunque fuese una botella al día me sentía incompleta. Muchos piensan que tengo un problema de alcohol pero eso es estúpido, yo solo bebo para distraerme cuando estoy estresada y eso es muy seguido últimamente. Que Aaron no me responda los mensajes me pone de malas, me tenía preocupada su aislamiento y solo quería ofrecer mi ayuda y mi amistad. No puede ser que siga deprimido por Liz ¡Ni que fuera inolvidable o Afrodita! En fin, trataba de no estresarme pero me era imposible porque mendigar un poco de su atención y que no me la diera era tan humillante, yo de verdad estaba tratando de superar toda nuestra situación del matrimonio pero la humillación seguía latente en mi interior, era como sentirme una basura usada constantemente.

Mis padres me habían sugerido ir a terapia pero me negaba, sabía que en parte querían tratar mi supuesto problema de alcohol y joder ¡Yo no estaba alcohólica ni loca!. Eso me puso ansiosa y bebi el vino de mi copa de un solo trago. Saboreé mis labios con gusto, estaba frío y dulce, tal como me gustaba.

—La insufrible Liz anda muy feliz de viaje en viaje con Raell —Eloisa mencionó con disgusto en su voz.

—Es una presumida, como ahora es la nueva diseñadora estrella de Roberto Peña —Marlene se unió para echarle tierra a Liz también.

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