—¿Otra vez irás con ese omega? —Su madre lo miro de reojo mientras hacía un poco de trabajo en su laptop.
Guillermo asintió mientras ordenaba su cabello frente al espejo— Si. Ayer lo ayude en su pastelería, quizá hoy necesite ayuda de nuevo.
Una vez que Lionel entró a su casa, sus padres lo vieron con una sonrisa mientras no dejaba de tocar el abrigo encima suyo. Era un suéter verde oscuro hecho de lana.
—Eh nene —Llamó el rubio sentado desde el sofá— ¿Quién te dio permiso para llegar tan tarde?
—Perdón pa. Yo realmente...
—¿Ese muchachito Guillermo hizo que te demoraras? —El alfa habló fuerte, causando que los ojos de Lionel denotaran miedo. Trato de negar rápidamente con su cabeza.
—Solo nos demoramos jugando. Él me trajo hasta la puerta. Era tarde y no paso, pero Guille no hizo nada.
—Anda a tu cuarto ya, antes de que crea que ese muchachito tiene malas intenciones.
Lionel hizo caso y corrió hasta su habitación para cerrar la puerta con pestillo. Estaba asustado. No quería perder conexión con Guillermo de ninguna manera. Solo pensaba que la situación podría ser peor si ellos se enteraran que el alfa le había regalado un celular.
Después de cambiarse la pijama, abrazo el suéter verde y tomó el celular para llamar al chico. Aún que era tarde, tenía mucha fe que le respondiera.
—¿Bueno?
—Buenas noches, Guille ¿Estás bien? ¿Que tal todo?
—Buenas noches Lionel. Llegue bien. No me dormí hasta hablar contigo. —Causó una sonrisa en el menor.
—Ya es muy tarde boludo. Duerme bien. Espero verte mañana.
—Yo también. Descansa.
Dejo el aparato en la mesa más próxima y apago la única luz que no lo dejaba en la oscuridad. Se deslizó entre sus sábanas y acercó el suéter a su nariz. Ese olor a perfume varonil lo relajaba demasiado porque sentía que una parte de Guillermo ahora estaba con él. Dormiría más que bien.
Había tomado un camino diferente para dirigirse a la cafetería de Messi. En su caminata, encontró un puesto de flores. Todas eran muy diferentes y de muchos colores. No tenía ni idea de cual era el color favorito de Lionel, pero confiaba en su propio gusto para darle un detalle lindo aún que fuera pequeño.
Con un ramo, abrió la puerta de la cafetería esperando ver a Lionel y con el primero que cruzó miradas fue con el alfa recostado en la vitrina. El padre de Lio ya lo esperaba ahí.
—Veni
Siguió el alfa más alto hasta un pasillo cerca a los almacenes ¿Estaba nervioso? Si ¿Tenía miedo? También. En su mente, Guillermo trataba de adivinar porque el alfa quería hablar con él. Esperaba que no fuera porque había roceado unas cuantas feromonas sobre el chico por descuido.
—Sos re insistente ¿eh? Mira hijo, veo que tenes buenas intensiones con Lio y haces lo que debes para ganar nuestra confianza. Entiendo que ambos se corresponden y solo quiero advertirte que, en cuanto Lionel venga llorando por vos, estarás acabado ¿Me entendes? —Guillermo asintió aún con su ramo en la mano— Además, no te preocupes por mi. Hace méritos para que mi esposo te agarre confianza. —Sonrió cuando vio las flores del chico— Ya nene, anda y daselas a Lionel.
Ambos salieron del pasillo y encontró al omega con una bandeja en mano viendo la expresión seria de ambos. Claro que Lionel tenía miedo después de que su papá le había amenazado de tal manera.
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Buenos Aires
Fanfiction[Omegaverse] [Lionel Messi y Guillermo Ochoa] Donde Guillermo Ochoa conoce a su omega destinado en un viaje de vacaciones en Argentina. Su omega aún es inmaduro y no puede reconocerlo como su alfa. Aún que Lionel cae perdidamente enamorado de él, no...