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Advertencia: +18



—Buenos días —Saludo Ochoa desde el otro lado de la línea— ¿Cómo se encuentra el cumpleañero?

Se sonrojó mientras aún abría los ojos— Buenos días Memo. Me siento bien, feliz de haber vivido la grata experiencia de ayer. Además, emocionado porque te veré hoy.

—Yo también estoy emocionado de volverte a ver güerito. Hoy será mi ultimo día contigo... por ahora

—Solo por ahora —Su voz quería quebrarse— Porque, si vos me olvidas... yo no lo haré. Te perseguiré hasta morir.

—No pienses en esas cosas, Lio. Yo nunca lo haré. Te veo en unas horas ¿O quieres que vaya ahora?

—Sería lindo que vinieras. Los chicos estarán aquí para decorar.

—Entonces iré, mí amor. Feliz cumpleaños.

—Gracias lindo. Te quiero mucho.

Colgó para volver a relajar su rostro contra su almohada. Había dormido feliz después de la maravillosa cita de ayer. Era como estar en un cuento de hadas. Tomaba la ropa que Guillermo que estaba regada en su cama, abrazándola y oliéndola para sentir a su alfa con él.

Una vez que tomó la ducha, pudo ver las pastillas junto al spray. Tuvo que tomar el medicamento antes de que alguien sospechara algo.

Algunos de sus amigos habían llegado y junto a ellos algunas decoraciones, bebidas y demás cosas que servirían para la joda que se armaría en su casa. Los padres de Lionel no se encontraban porque ellos estaban atendiendo la pastelería. Le habían dado el día libre por ser su cumpleaños y el último día que estaría en Buenos Aires.

—Fua amigo —Sintió el brazo de Lautaro sobre sus hombros— Te extrañare mucho

—Yo también te extrañare. A todos.

—Pero más a tu galán ¿No?

Lionel le arrojó uno de los globos en el rostro de Dybala hasta que Nicolás vio su mano y le sujetó la muñeca para ver su dedo.

—Vos... —Dijo sin despegar su mirada del anillo en la mano del omega.

—Fue un detalle de Guillermo. Dale chismosos.

—Pero amigo, ese anillo cuesta un buen de guita ¿Ahora ustedes son alfa y omega? ¿Qué onda?

—No boludo. Guillermo me dio esto como símbolo que somos novios. Nada más.

—Solo imagínate qué te dará cuando sea tu esposo. Tenes que invitarnos porque alta fiesta cheta se montará.

Todos rieron para luego seguir con lo que estaban haciendo. Lionel se sentía afortunado ¿Qué alfa haría tantos méritos para darle tanta atención a su omega? En su mente solo estaba Guillermo, el apuesto alfa que había robado su corazón.

Poco tiempo después Guille apareció en la puerta. Lo recibió con un abrazo y un beso en la mejilla. Tenía tanto amor para darle y poco tiempo para realizarlo.

—Galán —Julián codeo a Guillermo, quien estaba colgando los globos— Ya vimos el tremendo anillo que le diste a Lionel ¿Tanto le das al pibe?

—¿No harías lo mismo por Enzo?

Julian lo pensó y era verdad. Si estuviera en sus posibilidades, daría más de lo que podía— Bue' Todos los alfas trataríamos como reyes a nuestros omegas.

La noche cayó y los parlantes comenzaron a soñar con la típica música de fiesta. Lionel estaba feliz porque podía ver a la gente divertirse. Entre la oscuridad y las luces de colores, trató de buscar esos cabellos tan únicos. Al avanzar entre la multitud, sintió unos brazos fuertes tomar su cintura y era el mismo Guille besando su mejilla.

Buenos AiresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora