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El argentino volvía de sus prácticas. El edificio donde vivía nunca tuvo ascensor, por lo que tuvo que subir todas esas escaleras aún que sus piernas dolieran. Cuando estaba apunto de abrir la puerta de su casa, vio una carta en la entrada de su casa. Sonreía porque sabía de lo que trataba.

Se metió a su habitación, cerrando la puerta con seguro para que nadie lo interrumpa. Aún que sus padres no estaban en su casa hoy, debía asegurarse por si una chusma venía. Se sentó en el suelo y leyó el nombre de su amado.

"Guillermo Ochoa desde México"

La abrió y lo primero que salió de la carta fueron pétalos de rosa. Sus mejillas se encendieron y acercó a su nariz cada pétalo que venía dentro. Olía a su olor.

Sacó la nota y se deleitó con la bella letra de su amado:

Amado, Lionel Messi.
Te escribo desde mi universidad en Mexico porque vi el cielo tan lindo y me pregunté por ti ¿Qué estarías haciendo allá en España?
No hace falta decirte cuánto te extraño. Pienso en tus bellos ojos todos los días de mi vida. Siempre que pienso en ti, leo esa bella nota que me dejaste en el libro que compré en el Ateneo. Agradezco que lo hayas escrito con tanto amor porque puedo notarlo en tu dedicación y tu firma.
Gracias por la bella nota que me enviaste. Me alegra leer que te va muy bien en tu equipo de fútbol. Me emocione tanto por ti que empecé a ver tus prácticas por internet. Oí que jugaras por primera vez entre estas fechas. Me alegra muchísimo.
Ojalá este verano puedas venir a Mexico. Mi jefa quiere verte y arreglo una habitación solo para ti.
Un beso y mucho amor. Te amo chaparrito.
Estaré pronto contigo.
Con muchísimo amor, tu Guille.

No podía estar más feliz. Todo ese papel estaba impregnado de sus feromonas y eso lo encariñaba mucho más. Besó el papel para guardarlo en el mismo sobre hasta que vio una foto. La tomó y era su alfa junto a unos amigos en un campo de fútbol. Volteó a ver la nota y había un corto texto:

Aquí estoy con mis carnales. Quisiera decirte sus nombres pero creo que la hoja es muy pequeña. Les hable de ti y quieren conocerte. Un amigo no salió en la foto, se llama Canelo (o canelito para los amigos) y él está muy ilusionado de saber más de ti.
Te vieron jugar, dicen que eres un maestro.

Esa foto con sus amigos era muy valiosa para él. Podía verlo feliz, realmente lo estaba. Vestía su camiseta de la selección mexicana y sus amigos también. Por lo que Guille le había contado en sus otras cartas, él estaba haciendo un buen trabajo en su selección.

Al estar muy cansado, se duchó rápidamente para poder dormir. Con su pijama ya puesta, tomó el suéter verde de Guillermo y la abrazó para apagar las luces. Su olor lo tranquilizaba.

El tiempo había pasado y ellos ya llevaban separados unos 3 años. Memo le explico que no podía viajar a España por un problema con sus papeles y porque debía ponerle muchas ganas a su entrenamiento, ya que empezaría a jugar profesionalmente en Mexico. Lionel lo comprendía porque le estaba pasando lo mismo. Estaba sometido bajo mucha presión y a un tratamiento por su déficit de hormonas. Aún que no funcionara como debía, estaba trabajando y esforzándose más para que su equipo pudiera asumir un mejor tratamiento.

Un tiempo después de haber llegado a España, Lionel comenzó a sentirse mal. Esto dificultaba su rendimiento, por lo que cayó enfermo. El doctor les había dicho que era un problema de su corazón. Lionel estaba sufriendo del corazón roto. Puesto que su celular dejó de funcionar en cuanto salió de Argentina, no pudo hablar con su alfa por un largo tiempo hasta que sus padres consiguieron la manera de llamarlo. Desde ese momento Guillermo comenzó a mandar sus feromonas para que Lionel pudiera recuperarse, el omega hizo lo mismo por el miedo a que Guille sufriera lo mismo.

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