Buenos Aires

15

La noche de su aniversario fue totalmente mágica. Amanecieron juntos porque Lionel no quería perder la oportunidad de asegurar un cachorro. Si, él quería tener uno.

Pasaron muchos días para poder decidir el día de su boda. No tenían tiempo para planearlo por sus trabajos, ya que estaban en una época fuerte. La opinión de Lionel acerca de una boda tradicional parecía no ser favorable, pero esa era la boda que realmente quería Guillermo. El punto a lo que querían llegar es un acuerdo entre las dos partes.

Ahora Guillermo se encontraba en Madrid, calentando para su equipo ya que se venía un partido muy importante. Lamentablemente llegaba la fecha de separarse de su omega por una semana.

Por la parte de Lionel, este estaba ocupado entrenando por un partido con su clásico rival. Él no solia estar nervioso por un partido contra ellos, pero ahora parecía que sus nervios lo estaban matando.

Cayó al césped por el cansancio que sentía. Estaba exprimiendo su cuerpo demasiado. Había estado entrenando sus piernas y sentía que por la exageración su estómago estaba revuelto. Empezaba a subirse la camiseta para sacársela por el calor, hasta que el brasileño se acercó a él para tocar su cintura.

—Para Ney. Me haces cosquillas. —Sonrió pero la mirada enojada del chico lo intimidó.

—¿Quién te hizo esto?

Bajo su mirada hasta esos rasguños que habían quedado de la noche de su aniversario— Oh, no es nada. Son cosas privadas. No te preocupes.

—¿Esto te lo hizo Memo?

—Ney —Tomó el rostro del mencionado— Todo esta bien. No tienes que preocuparte por nada. Memo y yo estamos muy bien.

—No lo creo —Seguía su preocupación presente en su rostro— He visto que estás cansándote muy rápido, haz perdido el apetito y te veo muy enfermo. Además de esas marcas en tu cintura. Algo no está bien. —Puso su mano en la rodilla del argentino— Sabes que puedes contarme si Memo está abusando de ti.

—No puedo seguir escuchándote —Se levantó del césped y tomó sus cosas para tratar de alejarse del omega, pero este insistente tomó su mano— ¡Para! Ya te dije que estoy bien. Me estas estresando con esas suposiciones del orto.

—Es que sé que algo no está bien, Messi. Déjame ayudarte.

—Yo se que estoy bi-

Tuvo que sostenerse de la pared porque sus piernas se vencieron y su estómago lo estaba matando. Neymar lo tomó del brazo para llevarlo al asiento más cercano.

—Llamaré a la enfermería, espera aquí.

Lionel tomó su mano, deteniéndolo— No amigo, llévame al baño por favor.

Tomando su mano y con la otra llevándolo de la cintura, fueron al baño de los camerinos donde tan pronto Lionel vio el escusado, se agachó y devolvió todo lo que había intentado comer en la mañana.

Aún que ya no tenía nada más para vomitar, su estómago seguía doliendo y tenía un fuerte dolor de cabeza. Neymar estaba nadando en miedo y nervios. No sabía que hacer.

—Necesitas ir a un hospital.

—¿Y perderme el partido por una boludez? Primero me corto la pija —Se levantó para limpiar su boca con papel— Vos no viste un carajo.

—Estas loco —Neymar iba a irse, pues planeaba acusarlo con el entrenador, pero Messi otra vez tomó su mano para evitarlo.

—No puedes decirle esto a nadie. Por favor. Sabes que no puedo faltar a este partido. Tu y yo lo entendemos bien.