capitulo 10

3 0 0
                                    

Que fastidio...

Por qué tengo que estar en este lugar tan incómodo, sonriendo de manera hipócrita, saludando a personas que no conoces y aparentar que te agradan, mientras que te dan miradas de superioridad, criticando con sus miradas, mientras uno finge que no me doy cuenta. Mis mejillas se sienten entumecidas, siento como están calientes, y me imagino lo rojas que deben estar mientras muero de hambre.

Todo gracias a mi lindo papi.

Obra benéfica.

Aquí nos encontramos, hay tantas personas que me es incómodo, nunca aviamos ha asistido a una como tal, siempre era reuniones pequeñas, eran solo abogados amigos de mi padre, en cambio, esto es a lo grande, hay empresarios, políticos, en donde aprovechan y hacen negocios.

Todos andan de forma impecable y muy elegantes, nosotras unos vestidos sencillos yo de color lila y mi hermana morado, todo tapado.

Únicamente quiero irme, veo a lo lejos mi padre con mi madre saludando y conversando, mientras yo estoy sentada en una de las mesas que están aquí, sola, por qué Ámbar se perdió en el baño por lo que veo.

Miro a mi alrededor, y nada me parece interesante, nada más veo personas que en el momento de empezar a ofrecer cosas para ayudar a los niños huérfanos, también a los niños que tienen cáncer, solo van a ofrecer de lo que les sobres algo que para nada es poco, está gente tiene tanta plata, que van al baño y se limpian con ella. Mi estómago gruñe, y hago una mueca, tengo mucha hambre, son las 8 pm de la noche y no he comido.

Veo como Ámbar sale del baño, pero con una actitud sospecha, o eso es lo que veo, al verla nerviosa y mirando a todos los lados.

- Amber, ¿tú puedes creer que no avía papel para limpiarme?- dice nerviosa, y percibo como su respiración está un poco agitada - casi que no salgo de allí.

La miro fijamente...

- ya, ahora dime la versión original de lo que pasó realmente- yo conozco muy bien a mi hermana para saber que eso no es lo que sucedió. Ella se ríe forzadamente.

- ¿cuál versión?- pregunta haciéndose la desentendida- eso fue lo que pasó- miente. Sé que me está mintiendo, pero no la voy a presionar, no ahora, pero después no se escapara de mí.

- está bien

-¿está bien?- pregunta incrédula, miente, pero el mismo instante se delata de manera fácil.

- eso mismo dije- respondo tranquila, pero no tanto, ya que mi estómago gruñe otra vez con fuerza.

Ámbar me mira y levanta una ceja conteniendo la risa, yo inflo mis mejillas.

- tu estómago se escucha molesto, o quiere hablar con nosotras, o está diciendo alguna grosería por no alimentarte- se burla mientras toma asiento.

- no seas estúpida. ¿A demás con que me voy a alimentar si no han traído nada?

- cierto.

Nos quedamos en silencio, mirando a todos lados como espectadoras. Hay chicas tan preciosas con vestidos lindos y de alta costura, que por donde pase las personas las voltean a ver, ojalá me pasará a mí, Ámbar y yo parecemos que salimos de un convento de monjas, por eso creo que las miradas raras.

Veo a mis padres todavía charlando con una pareja de ancianos, pero lo que veo hace que mi corazón lata de forma rápida y bombee más sangre de lo normal.

Dios mío, esos ojos nunca los olvidaría.

Son los mismos ojos que no salen de mi cabeza desde hace días, ese porte tan intimidante, con una autoridad y seguridad, se desplaza entre las personas portando un traje gris de tres piezas, su cabello negro brilla bajo las luces del salón. Visualizo que no soy la única que lo mira en realidad todos lo miran, varias mujeres sé sonrojar, él ni voltea a ver a ninguna.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 13, 2024 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Infringiendo Las Reglas +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora