Soukoku Month 2023

Miércoles 10: "Muerte"

En aquella sala el aire olía a incienso y camelias, se podía ver el cielo nublado a través de los ventanales y el viento soplaba levemente, colándoselo por las rendijas de las puertas

Dazai estaba de pie allí, en esa sala, perdido en sus pensamientos.

—"Estoy muerto"—pensó.

Para su "desgracia" no había sido cometiendo un suicidio con una mujer hermosa, simplemente, había tenido un accidente.

Dazai miró hacia donde estaba su cuerpo en el ataúd, ataviado con un traje blanco. En sus manos reposaba una camelia roja, su flor favorita. El castaño dirigió su mirada a las personas de la sala.

—Mhmm... Atsushi-kun está llorando, Kyōka-chan está llorando, Yosano-sensei, Tanizaki-kun...Todos los miembros de la Agencia tienen el semblante triste—musitó el detective.

Una persona avanzando hacia el ataúd llamó su atención. Dazai abrió los ojos, sorprendido al ver quién estaba allí.

—Oh, Chūya también está aquí—Dazai se acercó al mafioso a pesar de que éste no podía verlo. El castaño esbozó una sonrisa mientras suspiraba—. Bueno, supongo que habrás venido a reírte en mi cara, y que al contrario del resto, estarás sonriendo ya que me querías muerto. Tu deseo se ha hecho realidad, ¿verdad, Chū...?

Dazai no pudo terminar de decir aquella frase, ya que las palabras murieron en su garganta al ver al mafioso pelirrojo sollozando. Éste se llevó el sombrero al pecho en señal de respeto.

—Siento mucho lo que ha pasado—decía Chūya tratando de consolar tanto a Atsushi como a Kyōka. La pelimorada se abrazó al pelirrojo, sollozando.

Dazai se acercó más a Chūya, sorprendido de ver su rostro anegado de lágrimas, mas la puerta de la sala se abrió de golpe, dejando entrar un haz de luz. El detective castaño cerró los ojos, y al abrirlos, se encontró tumbado en su cama, envuelto en las sábanas.

Se incorporó lentamente mientras miraba a su alrededor. Suspiró mientras esbozaba una sonrisa tranquila.

—Sólo fue un sueño molesto—se dijo mientras se levantaba para cambiarse de ropa e ir a trabajar.

─────────────────────────

—¡Buenos días a todos!—exclamó Dazai de manera jovial mientras entraba en la oficina de la Agencia.

Todos los allí presentes se giraron a mirarlo con una expresión estupefacta, como si hubieran visto un fantasma.

—¿Qué ocurre? ¿Por qué me miráis de esa manera?—preguntó el castaño mientras avanzaba.

Atsushi y Kyōka se miraron.

—No puede ser él—susurró Kyōka—. Estaba muerto hace tan sólo un par de días. Celebramos su funeral y todo.

Atsushi frunció los labios, temeroso al pensar la única posibilidad de porqué su mentor estaba vivo. Miró con el rabillo del ojo a Ranpo, quien degustaba una piruleta como si nada extraño estuviera ocurriendo.

Dazai se acercó a su mesa, donde reposaba un jarroncito con una camelia en él. Frunció el ceño, extrañado.

Todos estaban quietos, apenas respirando mientras observaban las acciones del castaño. Finalmente, Kenji avanzó y con el dedo índice, tocó el brazo de Dazai al mismo tiempo que abría los ojos como platos.

—E-Está vivo—murmuró el rubio—. Chicos, es él en carne y hueso.

—¿Carne y hueso? ¿Acaso pensabais que era un fantasma?