Martes 16: "Corazón Roto"

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La chica rubia estaba sentada frente a la barra de un bar solitario, con sólo la compañía del mafioso pelirrojo. La chica miró su vaso de whiskey y después miró de nuevo al pelirrojo, quien tenía las mejillas algo rojas debido al vino que estaba tomando, el cual, ya comenzaba a surtir efecto produciéndole embriaguez.

Chūya-san—dijo ella con un tono bajo—. ¿Alguna vez le han partido el corazón?

Chūya miró con curiosidad a la rubia.

¿Por qué preguntas, Higuchi?—preguntó el mafioso mientras dejaba la copa de vino sobre la barra.

Amo a Akutagawa-senpai desde que lo conozco, pero él no siente lo mismo por mí. Lo noto en su forma de mirarme. Quería saber si a usted le ha sucedido algo similar—explicó la rubia con un tono apenado.

Chūya frunció los labios y miró su copa de vino.

Cuando era un adolescente—comenzó a contar—, me gustaba alguien de la Port Mafia. No nos llevábamos muy bien, siempre nos estábamos gritando, pero por alguna razón, así lo quería yo—una diminuta sonrisa apareció en los labios de Chūya, al igual que un ligero sonrojo—. Esa persona, a pesar de nuestras peleas, estuvo cuando tuve mi peor momento y siempre lograba traer algo de luz sobre mi oscuridad.

Higuchi escuchaba con atención, intrigada por la historia de su superior.

Sin embargo, cuando tenía dieciocho años, descubrí que la persona de la que me enamoré estaba loco por un tercero—masculló el pelirrojo mientras fruncía el ceño—. Aunque aquello hizo que mi corazón comenzase a resquebrajarse, decidí seguir adelante. ¿Quién era yo para entrometerme en la relación de alguien, o siquiera para luchar contra alguien como él?—la expresión del rostro de Chūya comenzó a volverse triste y parpadeó un par de veces con tal de no llorar—. Pero todo se vino abajo incluido mi corazón cuando mi ser amado traicionó a la mafia por la persona que le gustaba.

En ese momento, Higuchi abrió los ojos como platos al descubrir que la persona de la que estaba hablando Chūya no era otra que Osamu Dazai, el traidor de la Port Mafia. La rubia salió de sus pensamientos al ver a su superior llorando. La chica se levantó de su asiento, se acercó al pelirrojo y lo abrazó sin llegar a acercarlo mucho a ella.

A pesar de la precaución que había tomado Higuchi, Chūya se levantó de su asiento y se abrazó con fuerza a la rubia mientras sollozaba.

Higuchi—habló el pelirrojo—. Por favor, no comentes esto a nadie.

—Lo prometo, Chūya-san—dijo la rubia en un susurro.

Soukoku Month 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora