Scaloneta +18

Julián Álvarez I

La navidad en Córdoba. (2018)

Era 24 de diciembre a la mañana y sabía lo que eso significaba; ir a Calchín, el pueblo donde vivía mí abuela, quizás no había mucha gente pero mis amigos de la infancia y mis primos vivían ahí.
Me gustaba vivir en Córdoba capital, pero a veces es necesario alejarse del ruido de la ciudad, sobre todo en vacaciones, estaba harta de las calles transitadas que me llevaban todos los días a la facultad.

Mis primos amaban jugar al fútbol, sobre todo en un club en Calchín, uno de sus amigos, Julián Álvarez, había tenido la increíble oportunidad de ser fichado por River, de chiquito se había tenido que ir a Buenos Aires, pero siempre venía a Córdoba a pasar las fiestas con su familia.

Mí sueño era algún día también poderme convertir en una profesional, amaba la natación y a veces competía, pero no a un gran nivel, aún así sabía que con perseverancia lo iba a lograr.
Había cumplido los 18 este año, aún era joven y sabía que tenía mucho por delante, si algo me había enseñado el pueblo, era a nunca rendirme y esforzarme.

Ese 24 a la mañana estaba muy emocionada ya que vería a mis primos, y también, iba a poder salir y tomar, sin que mis viejos me jodan tanto, ya que era mayor de edad. Me compré un vestido negro y corto, me gustaba mucho vestirme con tonos oscuros, no era mucho de llamar la atención, mientras más cómoda más linda me sentía.

Con mí familia preparamos la comida que íbamos a llevar y calentar allá, tambien algo de postre, y yo, ropa por si me quedaba a dormir en casa de mí abuela, ya que iba a salir seguramente con mis primos. Guardé la ropa en mí mochila rosa y fui hasta el auto de mí papá a esperar, llevé mis auriculares porqué el viaje iba a ser largo.
En el trayecto, entré a instagram, y al parecer mí primo Lauti estaba con Julián en el pueblo, me emocioné, ya que el no venía casi nunca.
Julián me parecía muy dulce y buen chico, se merecía todo lo que le estaba pasando. No hablábamos mucho, pero nos conocíamos, siempre me sacaba charlas cuando venía a lo de mí Abuela a juntarse con Lauti.

Cuando llegamos a casa de mí abuela Juana, la abrazo como nunca y ella me dice lo mucho que me había extrañado, que espera que la visite más seguido y yo se lo prometí, ya que me había desocupado de la facu.
Mis viejos la saludan también y yo me voy hasta la habitación de invitados para dejar mis cosas, en eso, escucho música que proviene del patio, donde estaba la pileta. Era el día más caluroso de todos, me había traído mis bikinis, ya que en mí depto en Córdoba, no tenía donde meterme, ni siquiera un patio.

En lo que dejo mis cosas, voy hasta el pasillo que da al patio tímidamente, y veo a mí primo sentado con sus amigos y corro hacia el para saludarlo

—Lautaro!- le gritó y el se asusta

—Boluda estás loca me vas a matar, tanto tiempo- me dice y me abraza como nunca, era como el hermano que nunca había tenido
Veo a sus otros amigos y los saludo uno por uno, algunos me conocían, a otros los tuve que saludar de lejos ya que estaban en la pileta.
En eso veo a un chico sentado casi escondido entre otros al que me había olvidado saludar.. ¡Julián!
En cuanto me vió se puso rojo como nunca y se levantó rápido para saludarme con un beso en la mejilla, nunca había entendido porque parecía tan tímido, era un jugador de fútbol profesional, pero nunca había dejado de ser ese nene que jugaba en la plazita del pueblo.

—Hola Juli como estás!- Le digo

—Re bien, estoy feliz de estar acá de nuevo- me dice mientras sonríe.

Fui a preparar cosas para comer, ya que estaba muriendo de hambre.
Me puse la bikini, aún con un poco de vergüenza, pero ya casi todos me conocían ahí, así que no pasaba nada.
Lleve unos sanguchitos de miga y latitas de cerveza.
En lo que salgo al patio uno de los chicos más grandes le dice a Lauti en voz alta;
-Pero que grande estas! Tu primo te va a tener que cuidar de los chicos que se te tiren- mientras se reía.