¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
...
Habían pasado días desde aquella interacción que tuviste con Lisandro, era evidente; no podías dejar de pensar en él, en su cuerpo, en su tacto y como se sentía tenerlo en tus labios y debajo tuyo. Todos los días esperabas con ansias alguna notificación que te hablara de el, en Instagram o donde sea, querías que diera el paso y se contactara con vos, porque no te daba la cara para hacerlo primero.
Ibas a clases, volvías a tu casa y ahí seguías pegada al celular, pero nada. Saliste de tu habitación y te cruzaste con tu hermano que se estaba yendo a jugar al fútbol, era momento de preguntarle disimuladamente.
—¿A dónde vas?— fingias buscar algo en la cocina.
—Tenemos un partido hoy—respondió sin mucho interés agarrando las llaves para irse.
—Ujum— dijiste disimulando el claro interés—¿Con los chicos de la otra vez?
—Si supongo, ¿Porqué preguntas?— levantó una ceja y te miró curioso.
—No sé, para saber nomás, vos viste que mucha vida social no tengo y ellos me cayeron bien—fingias inocencia.
—Ahhhh—respondió recordando—¿Te cayó bien Lisandro? Decime que aprendiste a jugar.
Mientras tomabas del vaso de agua que te habías servido, casi te ahogas, porque habías hecho de todo menos aprender.
—Si-Si— dijiste rápidamente—Me cayó re bien, ¿Van a venir acá de nuevo?
—No sé, puede ser—estabas re podrida de que Mateo se hiciera el misterioso o no puediera responder una simple pregunta— Capaz volvemos para acá porque tenemos una jodita al lado— buscó un abrigo y se dirigió hacia la salida mientras vos ibas detrás de él.
—¿Van a lo de Pablo?—Era el chico que vivía al lado de tu casa y tenía casi la edad de ustedes.
—Si— frunció el ceño—¿Para que querés saber tanto? ¿Querés ir? No me digas que dejaste de ser antisocial, te curaste—comenzó a reírse.
—Uh Mateo hasta cuándo con eso, no me vendría mal, viste que vos siempre me decís que salga y eso, pero igual es cosa tuya y de tus amigos—respondiste dudosa aunque muy en el fondo sabías que querías estar ahí.
—Na, todo bien, no vamos a ser solo nosotros, va otra gente también, andá si querés— se puso la campera y luego sacudiendo tu pelo se despidió de vos— Avísame cualquier cosa, chau.
Bueno. Ahora era tu momento, estabas contenta, demasiado, aunque nada que ver vos saliendo de joda o en la casa de tu vecino, pero ibas a hacer tu mejor esfuerzo para parecer la persona más sociable del mundo.
Te fuiste a bañar, aún tenías tiempo así que te tomaste el tiempo de arreglarte lo mejor posible. Fuiste a la cocina y te pusiste a previar sola, era temprano aún, seguro Mateo ya había terminado el partido y ahora estaban todos comiendo, así que no había nada mejor que tomar algo para aliviar los nervios.
