Otra vez era sábado por la noche y solo significaba una cosa; que los amigos insoportables de tu hermano cayeran a tu casa para escabiar o jugar a la play, igual ya te habías acostumbrado, cómo no tenías muchos planes y no solías salir mucho, siempre te quedabas en casa y te tocaba cruzartelos o encerrarte en tu pieza hasta que se fueran.
—¿Otra vez Mateo? Tienen más de 20 años y siguen jugando a esos jueguitos— le dijiste a tu hermano mientras el enviaba audios al grupo de sus amigos.
—No hay edad para jugar a la play— dijo seguido de una risa burlesca— igual si tanto te molesta te vas a tu pieza y listo, no jodas.
—Pero siempre lo mismo, no me gusta estar ahí todo el día, si quiero cocinar o andar en pijama no puedo— respondiste ya enojada, porque esto era cosa de todos los fines de semana— me tenés podrida ya.
—Cortala, que vos no tengas amigos no es problema mío, a parte hoy vienen otros chicos, jugamos un partido con ellos una vuelta, ni se te ocurra hacer berrinche o le digo a la ma— respondió alejándose y dando un portazo.
Claro. Que iba a decirle tu vieja, si era el consentido de ella. Bufaste saliendo de la cocina después se prepararte la merienda y te fuiste a estudiar al living, hacía calor y era la única parte de la casa con aire acondicionado.
—No puedo creer que me tomen todo esto— apoyaste tu mentón sobre la mesa mientras leias los apuntes de la facultad, era tu primer año y te estabas acostumbrando al ritmo de esta.
Mientras leias y tratabas de memorizar todo, oíste como la puerta se abrió y acto seguido tu vieja apareció con un montón de bolsas del supermercado.
—Veni a ayudarme dale— dijo mientras trataba de agarrar todo.
Te acercaste rápidamente y junto a ella las llevaste a la cocina, estabas re podrida de que siempre te pidiera todo a vos.
—¿No lo puedo ordenar en otro momento? Justo estaba memorizando re bien lo de morfología— dijiste de mala gana.
—Necesito que me ayudes ahora, más tarde vienen los amigos de Mateo, tiene que estar todo limpio y ordenado— subió el tono de su voz.
—Entonces el debería de ponerse a limpiar, a parte me tengo que bañar, no me voy a poder bañar más tarde— respondiste.
—¿Y porqué no? No pongas excusas para no ayudar— ni siquiera te miraba, hablaba mientras sacaba las cosas de la bolsa.
—Y... Será porqué el baño da al living y no tengo ganas de ver a los ñoños esos— le dijiste enojada.
—No hables así, ponete a limpiar y no te quejes.
[...]
Las horas transcurrieron y finalmente terminaron de limpiar, aunque no se podía negar que estuviste todo el tiempo reprochandole cosas a tu mamá y con justa razón, porque tú hermano no hacía nada.
Agradeciste que recién eran las ocho de la tarde y tenías tiempo de bañarte y meterte a tu pieza a estudiar, así que sin dudarlo preparaste tus shorts y tu top y te fuiste al baño.No puedo creer que hagan 34 grados a esta hora, es una tortura pensabas.
Cuando saliste, colocaste la toalla enrollando tu cuerpo mientras buscabas el secador de pelo para llevarlo a tu habitación, odiabas tenerlo mojado. En lo que salias, oíste ruidos en la puerta y pudiste darte cuenta de que los amigos de Mateo habían llegado, así que, cómo si fueras una preadolescente, disimuladamente asomaste la cabeza para mirar por el estrecho espacio de la puerta.
Y ahí estaban los "amigos nuevos" de los que el te había hablado, todos traían algo para comer o tomar en la mano y se saludaban entre ellos.
—Tanto tiempo Licha— Mateo estrechaba su mano con el morocho de 1.75, que vestía una remera negra ajustada y jeans del mismo color.
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Scaloneta +18
FanfictionHistorias ficticias que incluyen a los jugadores de la selección Argentina, con escenas explícitas. Contenido creado para entretener. 2022©venusanabel.