Dibu Martinez I

7.9K 250 53
                                    

Era mi cumpleaños número 18 y estaba más feliz que nunca. Había estado esperando este momento por mucho tiempo, mis viejos me habían prometido que me iban a dar más permiso para salir y esas cosas.
Esa mañana desperté ansiosa por los preparativos y por lo que me pondría en la noche.
Hacia mucho calor, así que claramente opté por algo corto y fresco.

Mi familia había alquilado una casa grande con pileta para la celebración, tenía pensado hacer algo así como una pool party. No tenía demasiados amigos pero si mucha familia, y sobre todo mis padres, que siempre en mis cumpleaños terminaban llevando a sus amigos, aunque no tuviesen nada que ver conmigo.
Uno de ellos era el arquero de la selección Argentina, Emiliano Martinez.
Nosotros éramos de Mar de Plata y mis padres conocían a los de él, así que habían formado un lazo de unión grande.

Y hablando de esto, yo estaba perdidamente enamorada de él, aunque fuese menor en su momento, trataba de hacer de todo para que me notara, sabía que estaba mal pero aún así no me importaba demasiado.

Usaba ropa corta cerca de el, le sonreía, lo pellizcaba o le hablaba de cualquier tema trivial.
Obviamente que el me correspondía con risas, pero no lo veía de la forma en la que yo lo hacía.

El mejor momento para mí, había sido cuando me emborraché por primera vez en año nuevo y el me tuvo que llevar alzando hasta mi habitación, no sucedió nada claramente, pero su tacto había hecho que fantasee con el toda la noche.

Sabía que el iba a venir a mi cumpleaños,porque nos conocíamos desde hace algún tiempo, así que no dude en arreglarme lo mejor que pude, peluquería, uñas, pestañas, etc.

Recién era medio día, así que salí a comer con mi familia al patio.

—más te vale que te pongas algo decente- dijo mi viejo mientras se servía la ensalada.

—ya sé pa, yo me pongo ropa que me gusta igual, no veo cuál sea el problema, igual me voy a vestir bien no te preocupes- dije rodando los ojos fingiendo inocencia.

Obviamente el no sabía que me gustaba Emi, así que no era muy difícil disimularlo.

—viene Emiliano hoy?- preguntó mi mamá.

—si, de hecho ya está viniendo, no tiene dónde quedarse así que va a venir temprano, mañana a la tarde tiene que volver a inglaterra- respondió el.

Emití una pequeña sonrisa mientras me llevaba un bocado de carne a la boca, estaba más feliz que nunca.

En cuanto terminamos el almuerzo mis viejos se fueron a cambiar para recibir al Dibu, así le decían todos.

Si bien yo era muy descarada muchas veces, está vez no supe bien como reaccionar ante su llegada así que me metí en mi habitación.
Viendo el celular me quedé dormida algunos minutos hasta que el ruido que provenia de afuera me despertó.

—ahi tenés la pile si querés refrescarte! deja tus cosas en la habitación, nosotros dormimos una siesta de media hora y nos despertamos para preparar todo, ¿te parece?- escuché decir a mi vieja.
Fruncí el seño, tratando de escuchar a través de la puerta.

—dale gracias, y la cumpleañera dónde está?-era Emiliano.

Mis mejillas se tornaron de un color rojo y sonreí un poco.

—está en su habitación, seguro se durmió también, ya se va a despertar- respondió ella riendo.

Luego de eso escuché como subieron las escaleras y se fueron a su habitación a descansar.

Me di la vuelta y busqué rápidamente una bikini. Estaba tan despeinada que daba vergüenza, así que me peiné un poco para verme más presentable.

Tenía muchísimas mallas, y algunas que nunca había usado, ya que no me daba la cara para usar eso al frente de mi familia.
Eran chiquitas y muy metidas al cuerpo, y perfectas para esta situación, porque creía que a los hombres grandes mientras más madura te veías, más les ibas a gustar.

Scaloneta +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora