𝙉𝙄𝙂𝙃𝙏𝙁𝘼𝙇𝙇 𝙏𝘼𝙇𝙆𝙎. ➪ Hashibira Inosuke X OC

♯006 - нυg

A la mañana siguiente, emprendí camino de vuelta a la finca mariposa junto con mis pertenencias, antes de que la anciana de la casa se diese cuenta. Caminé un poco; Estaba amaneciendo, la brillante luz del sol tiraba pequeños rayos hacia los árboles cercanos.

Llegué sin dificultades. Entré por la puerta sileciosamente, y caminé un poco por la finca. Me acosté en una cama vacía en las habitaciones, mientras mi cuervo se acercaba a la ventana abierta con un sobre grueso, atado con lana roja a su pata. El pájaro se posó sobre la ventana, y tomé aquel sobre, que tenía un símbolo de unas glicinas y un kanji sellado con cera. Lo abrí con intriga, y adento contenía un fajo de billetes. Mis ojos se iluminaron al ver el dinero, y ahogué un grito de emoción con la mano. Pensé en tantas cosas en que gastar aquel salario, pero solamente pensé en comprarme un kimono nuevo. Color índigo, es todo lo que pedía.
Guardé dicho dinero bajo la cama junto con mis otras cosas y resoplé aliviada. Pasos fuertes desgarraron el silencioso pasillo, y una figura masculina entró en la habitación, y se oyó un suspiro. Miré en aquella dirección.

Me encontré con aquella máscara extraña de jabalí, y luego con el afeminado rostro de Inosuke, que me miraba de una manera tierna, no muy típico de él. Lo saludé con la mano y le sonreí.

-Volviste-dijo en tranquilidad, y se me hizo raro su tono de voz-¡Estás viva, torpe de mierda!-corrió hacía mí envolviéndome en un abrazo apretujado y pasando los nudillos por mi cabeza.

-¡Dramático!-le grité entre risas. Una de las niñas ayudantes se asomó por la puerta con una cara de enojo.

-¡Silencio! Hay gente descansando.-antes de poder procesar lo dicho, se fue.

Despegué a Inosuke de mí mientras recuperabai aliento, poniendo una cara seria para evitar la risa. Miré a Inosuke a los ojos, esperando que él también se pusiera serio, pero los dos explotamos de la risa al ver las caras del otro.

...

Al rato, me encontraba quitándome las vendas con ayuda de Shinobu y al terminar esta me indicó que les diga a las niñas que las laven. Con paso lento las busqué para luego encontrarlas en el patio colgando sábanas y toallas relucientes, color blanco.

Me acerqué insegura, y llamé su atención.

-Oigan. Lamento molestar; Shinobu me dijo que les deje estas vendas para lavarlas-apretujé las vendas.

-Sí, claro, déjalas ahí-contestaron las niñas con dulzura, y luego una con un par de broches rosados tomó la palabra-¿De casualidad no eres Kotoha?

Asentí dudosa.

-Tenemos que hablar algo, pero primero nos presentaremos-tomó la palabra una niña de coletas-Yo soy Sumi, ella es Kiyo y la que está allá es Naho-apuntó a la niña de broches rosas y luego a otra de trencitas, las cuales saludaron con la mano.

-¿Hablaremos de lo que dijo Aoi?-preguntó Naho a las otras dos niñas, que asintieron con discreción. Luego, apuntaron sus miradas hacia mí, y entre todas me jalaron al piso.

-Ahora, cuéntanos; ¿Cómo es tu relación con Inosuke?-preguntó Kiyo, y yo no me quería resistir; quería hablar de él todo lo que pudiera.

-Pues... Es complicado-sentí las mejillas tibias-Yo soy su tsuguko, aunque seamos de la misma edad. No se si me ve cómo algo más que una aprendiz, quizá como una amiga, pero siento que decir eso es muy irrespetuoso-comencé a hablar-De todos modos, yo le disparé por accidente y sólo tenia que cumplir un trato así que por eso lo conocí-Las niñas escuchaban atentas-Pero siento algo raro con él. No es un chico común; aunque no quiero dar el primer gran paso.

Continúe hablando con ellas, eran muy buenas escuchando y parecía que les estuviera contando un cuento. Fueron muy atentas, hacían preguntas como "¿Entonces no son novio y novia?" o también "¿Cómo tiene tanta paciencia contigo?".