Hate Christmas

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Se ajustó la bufanda alrededor de su cuello y frotó sus manos para hacerlas entrar en calor. La temperatura rondaba los menos quince grados en Corea, pero no tenía algo mejor qué hacer esa noche. Sus padres estaban de vacaciones en alguna isla de las Bahamas, su hermana con su familia y sus amigos con sus parejas; así que sí, estaba solo.

¿Qué tan patético resultaba eso en Nochebuena?

Algunas personas le decían que trabajaba demasiado, pero prefería que fuera de esa forma, porque así se mantenía ocupado y su mente no divagaba en su soledad y lo triste que era su vida últimamente.

No lo malentiendan, Kyuhyun amaba a su familia y a sus amigos, pero no podía evitar sentirse desplazado en esas fechas; no encajaba en ningún lado al ser el único soltero de su grupo y ni pensar en ir a fastidiar a su hermana y su familia.

—Alcohol —murmuró al ver que milagrosamente había un bar abierto en plena Nochebuena.

—Buenas noches, bienvenido —dijo el joven detrás de la barra.

No le extrañó en lo absoluto saber que era el único en ese lugar, y es que incluso el joven pelinegro parecía tan sorprendido de verlo ahí que suponía lo que éste estaba pensando: "la gente normal a esta hora está con su familia o amigos disfrutando de una buena cena".

—¿Qué le sirvo?

—Una copa de vino tinto, por favor.

—Enseguida.

Cuando su jefe le había pedido que se presentara esa noche a trabajar, no pensó que realmente alguien estuviera interesado en ir a beber algo cuando la mayoría de las personas se encuentran festejando con sus familias o sus parejas las fiestas navideñas, pero no había que ser un genio para notar que el joven castaño frente a él no era tan fanático de las festividades decembrinas.

—El clima ha estado helado —comentó mientras limpiaba los vasos, pero solo recibió un sonido de afirmación—. ¿Es la primera vez que vienes aquí?

—No necesitas ser amable o tenerme lástima porque me ves solo, puedes limitarte a hacer tu trabajo, no necesito consuelo —soltó de manera mezquina el joven castaño, vio al pelinegro fruncir el ceño y alejarse. Suspiró.

Ya era tarde cuando Kanghoon le llevó la cuenta al joven, pero no esperó encontrarlo durmiendo sobre la barra. Era una persona curiosa por naturaleza y, pese a que había notado que el temperamento del castaño no era el mejor, se animó a sí mismo para acercarse y observarlo.

—Tiene un lindo philtrum —murmuró acariciando con su dedo la zona.

Contrario a lo que creyó, el chico no despertó por más que lo llamó varias veces, y supo entonces que una maldición por tocarle la cara iba a ser el menor de sus problemas esa noche.

—¡Agh! —Se quejó mientras trataba de subir al joven al asiento trasero de su auto.

¿Por qué le ocurrían esas cosas a él cuando se consideraba una buena persona?

Buscó en su cartera, pero no encontró ninguna identificación que le pudiera decir donde vivía.

—Solo espero que no llame a la policía cuando despierte o estaré en problemas —mencionó para sí mismo, observándolo por el retrovisor.

Una vez llegó a su hogar y bajó al chico, se puso a pensar en todo lo que podía salir mal cuando éste despertara, pero también se dijo que ya era muy noche para preocuparse por algo así, por lo que optó por llamar a sus padres para desearles una Feliz Navidad.

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