Luca Andillac ha despertado, regresando a ser heredero y portador de su corona, no todo será fácil para él, una nueva oscuridad lo rodea, una princesa empezará a odiarlo, pero ¿a qué costo?, una fuerte tensión crecerá en ellos.
Conan y Desmond segu...
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LUCA
La gente a mi alrededor no para de hablar sobre la nueva reina, sobre Amelia. Hemos salido de la catedral y ahora nos encontramos en el gran y precioso jardín del reino Grana, sus árboles son inmensos y de colores vividos, no como el mío, el reino Umbria es desolador y nubloso. Aquí parece que el sol siempre brilla sobre sus habitantes, los mantienen siempre con ese entusiasmo y calidez característicos. Más tarde en la noche se celebrará un baile junto con un banquete por la coronación de la reina. Todo esto debía de ser lo triple de emocionante, debería de haber fuegos artificiales, música y cantos por todas partes, sin embargo, la gente está dando sus respetos hacia los antiguos reyes, los padres de Amelia partieron de este mundo injustamente, y su reino los honra de esta manera, en silencio, aun con sus corazones rotos tratan de que este día sea importante para Amelia, que sea un dio glorioso.
—Iré a dar un paseo por allá —Señalo hasta el fondo donde más jardín se extiende, Tetis me toma de la mano—. No te preocupes, estaré bien... quiero aire fresco y con tanta gente aquí siento que me estoy sofocando.
Y no solo eso, todas las personas no solo tienen los ojos puestos en Amelia, también en mí. Es como si ya todos supieran que soy un oscuro, como si lo pudieran ver.
—No les des importancia —Tetis se aferra másmí mi dándole miradas asesinas a toda la gente que aún nos observa—. Solo quieren saber si tú y yo estamos comprometidos. Son demasiados chismosos.
—¿Qué tú y yo qué? —Toso un poco tragando saliva
—Hace rato vi como todas las damas corrían detrás de la duquesa Ruby para sacarle información de nosotros, lo único que pude escuchar de la duquesa fue —Tetis se pone más derecha sacando el pecho poniendo una mirada sería y engreída, igual a la duquesa—. No son mi responsabilidad, no les limpio yo el pañal, si quieren saber vayan con ellos y pregúntenles.
Tetis se echa a reír y yo igual. Los dos nos quedamos en silencio un rato intentando olvidar la palabra compromiso, lo que significa una boda... saco todas las ideas que tengan que ver con eso de mi cabeza y juntos nos adentramos más en el jardín dejando todo atrás.
—No sabes lo bien que me hace estar contigo —Volteo a ver a Tetis y ella se sonroja
—No digas cosas así.
—¿Por qué? —Le pregunto soltándola y caminando frente a ella de espaldas al gran camino de piedra—. Te estás poniendo roja...
—¡Cállate tonto! —Tetis arranca algunas hojas de un arbusto y me las lanza
—¿Tonto? —No puedo parar de reír—. Si no mal recuerdo antes me decías cosas peores... pero nunca tonto.
—Puedo partirte en dos si eso quisiera —Tetis se detiene cruzándose de brazos, fingiendo estar enojada
—No eres rival para mí, cariño.
Esa última palabra parece sorprender a Tetis y por su expresión de felicidad que tanto trata de ocultar sé que le ha gustado. Ella se acerca, atrayéndome a ella, mis manos acaban en su cintura y las de ella en mi cabeza.
