SungHoon suspiró por décima vez en los últimos quince minutos.
Su trabajo de director era algo que disfrutaba con emoción, era una de las cosas que le mantenían en la tierra. Dicen que no hay mayor satisfacción que trabajar en algo de tu agrado, pues tienen razón. Sacar cálculos, ir a reuniones, evaluar los diseños de los equipos y preparar grandes proyectos, todo eso lo hacía feliz de alguna manera extraña y gratificante a la vez.
Pero en su trabajo no estaba lidiar con niñas caprichosas y malcriadas.
—¡Esto es indignante! —Bramó con voz chirriante la cliente, haciendo a SungHoon rodar los ojos con fastidio, importándole muy poco dañar su imagen como director a ese punto.
Una mujer joven, de cabello largo y negro, ojos felinos, vestimenta formal y un maquillaje sencillo estaba frente a él, de brazos y piernas cruzadas mientras le daba un argumento realmente patético sobre el porqué el diseño de su logotipo era mediocre y poco creativo.
La mujer había llegado aquel día haciendo un escándalo, tanto que SungHoon tuvo que hacerse cargo de ella en lugar del equipo de diseño que le habían asignado o el equipo de recepción, con quiénes se supone debería estar hablando.
—Señorita, el logo fue realizado con todas las indicaciones dadas por usted misma, entonces ¿Qué debería hacer yo? ¿Cambiarlo por mi cuenta cuando la idea ni siquiera era mía?
—Quiero que lo cambien —volvió a exigir la mujer que pronto crearía una migraña única y exclusiva para el castaño—, si no lo hacen publicaré un artículo sobre su negligencia en internet -amenazó.
SungHoon cerró sus ojos en busca de paciencia —una que ya no tenía—, usualmente los clientes eran exigentes, pero nunca antes había experimentado con ese tipo de situación, en primer lugar casi nunca llegaban hasta su lugar, su secretaria les cortaba la nota de forma exitosa. Miró el techo de su oficina, parecía más entretenido que los reclamos de la más joven e irritante, poco después miró profundamente a la fémina.
—Escuche, señorita Jisoo, no tengo tiempo para estas cosas, si al final solo iba a amenazarme mientras exigía un cambio pudo simplemente no haber venido o haberse conformado con la atención que le otorgaba el diseñador que le fue asignado —habló en un tono tajante y raposo que solo avivó la indignación de la tal Jisoo—, ahora le voy a solicitar que se retire.
—Usted no pued-...
—Ryujin-ssi, pídele a Niki que por favor venga mi oficina —solicitó el director por medio del intercomunicador, ignorando la queja naciente de la mujer.
Y haciendo que exactamente dos minutos más tarde el rubio solicitado hiciera acto de presencia en el lugar, asomándose con cuidado por la puerta de la oficina, observando el perímetro, notando a la mujer sentada de espalda recta y cabello largo que no le daba la cara por la posición en la que estaba.
Ignoró su presencia y se concentró en su jefe.
—¿Me llamaba, señor Park?
SungHoon asintió con una expresión cansada, con un par de señas le pidió que entrara a la oficina.
—Por favor ayuda a la señorita a encontrar la salida.
El rubio asintió sin ningún problema o incomodidad, por otro lado la mujer se levantó plenamente indignada, sin dejar de exclamar palabras que serían consideradas barbaridades para alguien de su clase, descargando su rabia en el aire —ya que a SungHoon realmente no le importaba—. La primera en salir de la gran oficina fue ella, con su postura recta y mirada "fría" siendo factores para identificarla fácilmente como una "cuna de oro", le pasó por un lado al más alto —pretendiendo que no estaba allí—. Niki ante aquel gesto de mala educación dirigió su mirada a Park y este con un movimiento de mano le indicó que la siguiera, el menor acató la orden segundos después.
—Ese imbécil ¿Acaso no sabe quién soy? ¡Ja! —Rió con exasperación la fémina, importándole poco ser escuchada o no por la mayoría de empleados presentes quienes le dirigían una expresión de desaprobación—, solo es un pedazo de mierda.
Los sentidos de Niki se afilaron por los comentarios despectivos que salían de la podrida —según su criterio— boca de la tipa hacia el castaño que permanecía en su oficina, tranquilo, continuando con su trabajo como si nunca hubiese aparecido, ignorante en cierta parte de la situación.
—Ese hijo de put-...
—Si va a seguir hablando de nuestro superior ¿Qué le parecería decírselo a la cara? —Interrumpió el rubio, haciendo que Jisoo se detuviera en seco a mitad del pasillo, girándose sobre la punta de sus altos tacones para mirarlo directamente.
—¿Qué dijiste?
Aquí es cuando podemos observar a un león salvaje y un gato callejero a punto de luchar para averiguar quién tiene más garras.
—Dije que debería dejar de hablar de forma tan despectiva sobre nuestros superiores a sus espaldas ¿Acaso no tiene valentía para decirlo de cara? —Enfrentó Niki sin miedo alguno.
Casi se escuchaba un largo "Uh" de parte del personal ligeramente reunido para presenciar el acontecimiento, avivando la riña de forma inconsciente.
—¿Acaso es contigo con quién hablo? —Inquirió con una ceja alzada al igual que su mentón—, no seas tan metido y encárgate de tu trabajo, niño.
—Oh, cierto, mi único trabajo es sacar la basura. Venga, la guío a la salida.
Y en ese momento se escuchó un alto chirrido, unos tacones pisoteando y lo siguiente fueron gritos agudos similares a los chillidos de un gato de parte de la mujer, quien se había lanzado desde su lugar como una lunática para tomar al rubio desde su cabello.
El comienzo de un forcejeo entre el pasante y la cliente sorprendió a los repentinos espectadores. Jisoo parecía decidía a muerta a —por lo menos— sacarle un par grande de profundos rasguños al tranquilo muchacho solo con sus uñas acrílicas o arrancarle un pedazo de cabello.
Era una salvaje.
Oh, pero eso no se quedaría allí.
Si ella podía jalarle un mechón de cabello a Nishimura Riki, él se aseguraría de que tuviera que usar peluca de por vida.
Y quizás si se aseguró de ello.
(...)
—Solo te pedí que la llevaras a la salida —murmuró SungHoon en medio de una plegaria por paciencia, sin dejar su caminata a lo largo de su oficina.
—¿¡Cómo se supone que supiera que de verdad usaba peluca!?
El mayor bufó de forma lastimera, soltando un llanto fingido que denotaba su frustración.
Sí, bueno, no estaba muy feliz con saber que su novio aparecía en las tendencias del maravilloso internet en un vídeo donde le arrancaba por completo —literalmente— el cabello a una tipa que se le había lanzado encima, siendo mera defensa propia que acabó como una gran burla.
Definitivamente su paciencia era increíble.
Niki, por otro lado, se sintió algo culpable al ver a su novio suspirar constantemente debido al estrés. Había sido un largo día, aparentemente la suerte no estaba de su lado en aquella ocasión y todo lo que el castaño hacía salía mal, cuentas mal sacadas, papeles mal firmados, reuniones obviadas y desayunos explosivos. Había sido un día muy cercano a un viernes trece, pesado, estresante... SungHoon solo quería que por fin se terminara.
—¿Estás molesto? —Consultó Niki en un tono bajo, con un deje de preocupación en su timbre y una mirada un poco gacha.
SungHoon se abstuvo de responder de cualquier manera, intentando evitar explotar y concentrándose en halar sin mucha fuerza su cabellera castaña, razón por la que segundos más tarde tenía a Niki abrazándolo por la espalda como un oso de felpa, demostrando todo su cariño de una forma sencilla.
—Te quiero mucho —reafirmó Niki en medio de la expresión de afecto físico, con su voz amortiguada al tener su cara hundida en la espalda del más alto.
Entonces los problemas del mayor desaparecieron momentáneamente como si nada, siendo reemplazados por una sonrisa boba gracias a un poco de cariño de parte de su novio.
Algo que tal vez había necesitado desde un inicio para sonreír como lo hacía en ese momento.
Maratón 2/5
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៛ Lion ៛ HoonKi₹
Fanfiction「 Donde Niki no deja de mandarles indirectas a todos sus compañeros de trabajo y demás para que entiendan que Sunghoon es su novio. 」 "Cuando hay tigres cerca debes actuar como un león" ¡TODO ES FICTICIO! ⁅ SungHoon x NiKi ⁅ No Top, No Bottom ⁅ Capí...