Extra: Primera cita

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—¡Mamá! ¡¿Dónde está mi abrigo gris?! —Exclamó un joven e inquieto pelinegro desde su habitación a la vez que rebuscaba en su armario la prenda ya descrita.

—¡Se lo presté a Dongju-ssi! —Recibió como respuesta de parte de su madre quien estaba en la cocina haciendo una de esas recetas veganas en las que recientemente se había interesado.

—¡¿Y el rojo?! —Interrogó nuevamente el menor.

—¡Está sucio! ¡Lo usaste como doce veces! ¡Ya hasta se para solo, Niki!

El que recién acababa de bañarse y buscaba desesperado las prendas correctas para completar su vestuario resopló frustrado, inquieto y quizás un poco alterado. Si fuera chica diríamos que era el síndrome premenstrual, pero por obvias razones no era así.

Solo era nerviosismo.

Los nervios no eran algo común en un chico tan serio como Nishimura Niki. ¿Manos temblorosas y sudorosas? ¿Tartamudeo? ¡Por favor! Esas cosas simplemente no iban con su faceta tan recta y supuestamente segura. Que su corazón latiera más rápido en algún examen o que se le olvidara como escribir palabras confusas como "encefalograma" u "otorrinolaringología" cuando estaba frente a muchas personas era comprensible. Lo que no era comprensible era el tembleque raro y constante de sus manos por una cena.

Una simple cena.

Bueno, aunque quizás no era solo una cena, al menos no para él.

Para Niki estar nervioso era la cosa más molesta del mundo pero ¡Ese día tendría una cita con el sunbae de la universidad que tanto le gustaba y ni siquiera había podido dormir de la emoción que lo arrebataba! ¿Qué se supone que sintiera? ¿Serenidad total?

Él era un humano, no "Señor inexpresividad" o algo parecido.

—Literalmente siempre tengo ropa, pero hoy que necesito solo un estúpido abrigo no consigo, ¿Es esto una señal?... Probablemente sí porque estoy bastante seguro de que tenía más de dos suéteres.

Entonces Niki se dio cuenta de que estaba bastante mal de la cabeza cuando se encontró hablando consigo mismo.

Antes de continuar, permítanme colocarlos en un contexto más amplio, ¿Les parece bien?

Nishimura Niki era un estudiante de administración de empresas y economía en una universidad más o menos conocida en Seúl, la capital de su país natal. Tenía un promedio envidiable por aquellos que eran obligados por presión familiar a cursar una carrera aunque no era el estudiante más destacable como el típico nerd come-libros que estamos acostumbrados a narrar. Contaba con una personalidad irascible y algo irreverente, la mayoría de veces no congeniaba bien con sus compañeros y esa era la razón principal por la cual la mayoría de sus trabajos grupales acababan siendo principalmente "Niki y los dos niños del fondo que ni se molestaron en hacer el mínimo intento de ayudar pero aún así están allí".

Su característica más destacable para el ojo común era ser ácido y repelente, aunque en el fondo como todos nosotros no fuera alguien realmente malo. Conservaba una parte amigable, dulce, empática y cálida en una parte muy bien guardada en algún lugar de su existencia, alejada de la mayoría de personas que se le acercaban inesperadamente ¿La razón? Ninguna en particular, simplemente sus aspectos negativos eran más fuertes y resaltables que las características anteriormente mencionadas.

Pero déjenme decirles, damas y caballeros, que ese pequeño lado alternativo y dulce del azabache empezó a ser ligeramente más constante desde el día en el que un joven un par de años mayor que él llegó a su lugar de estudio junto a otros dos hombres que parecían ser sus superiores a dar unas orientaciones en una de las clases que estaba cursando ese día.

៛ Lion ៛  HoonKi₹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora