Capítulo XVI

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Cuando entre las paredes de la fortaleza un amor viejo e imposible resurgió entre los escombros del pasado, el amor confuso de dos jóvenes esperaba en los establos

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Cuando entre las paredes de la fortaleza un amor viejo e imposible resurgió entre los escombros del pasado, el amor confuso de dos jóvenes esperaba en los establos.

El norteño había seguido al príncipe hasta el pestillo donde se encontraba Adonis, mientras él no dejaba de mimar al semental. Con los nervios florecientes en su piel comenzó a acercarse hasta que su presencia fue notada por Adonis.

"—Ahora me acosas". Lucerys acusó, bromista.

Robb sonrió girando su cabeza hacia un lado.

"—Los papeles cambian".

Lucerys sonrió hacía el semental.

Inhaló con profundidad antes de volver a hablar.

"—El presentimiento de que vamos a sangrar con esta conversación me asfixia demasiado—dijo, permaneciendo de espaldas—. Pero eso no es lo que te trae por aquí".

Robb se acercó cauteloso cuando Lucerys giró su cuerpo en su dirección. Le dio una mirada al semental antes de volver su mirada hacia él con una expresión triste.

"—No tenemos por que hacerlo, solo vine a hablar contigo de cosas importantes. No hace falta que nos hagamos daño con esta conversación".

La expresión de Lucerys se endureció.

"—Es demasiado pronto para que me pongas condiciones —suspiro—, ¿Qué es lo que deseas de mi, lobo?" Preguntó mordaz.

Robb detestaba en los términos en los que ahora se encontraban, pero muy en el fondo sabía que estaba haciendo lo correcto, por él y su familia; más que nada quería solucionar lo tan roto de su relación con el joven Velaryon, aunque sabía que sería complicado. Con una sonrisa le presento su codo haciéndolo fruncir las cejas.

El Le hizo un movimiento de cabeza para que lo tomara. "—Vamos a caminar".

"—¿Por qué?"

"—No tomara mucho tiempo, Lucerys".

Él lo observó dudoso.

"—Diría que estás tratando de cortejarme, pero para como están las cosas no creo que eso sea posible". Contestó tajante.

Robb puso los ojos en blanco.

"—Si quieres que lo haga, está bien, lo haré. Ahora, camina conmigo". Siseó desesperado, el joven se acercó y envolvió sus dedos alrededor de su codo.

"—No hace falta, así estamos mejor".

Ambos comenzaron su caminata en dirección al jardín que se encontraba en la parte de trasera de los establos, Lucerys dejaba escapar exhalaciones agudas y nerviosas al estar cerca del Stark. El joven lobo apenas si se dio cuenta que ya habían llegado al jardín, él se soltó y camino a un pequeño arbusto de flores.

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