28. Volvería

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El último día del año empezaba con una Luisita llena de esperanza en él, el 2023 iba a ser el suyo, sin duda, se lo repetía en su cabeza todo el rato.

En el 2022 había conocido el amor de verdad, se había enamorado con todas sus fuerzas de Amelia, le había entregado su corazón, con todo lo que eso conllevaba porque no había salido bien. Eso había hecho que también conociera el desamor, y el dolor pues el corazón que le había dado, ahora se sentía roto en mil pedazos.

Se prometía a si misma no pensarlo, apartarla de su mente, de su cabeza, de su día a día, aunque esa semana se había encontrado con ella dos veces. La primera vez fue cuando después de que Ana, y después Sara, le dijesen que sentían que aquello no hubiera salido bien, pudo verla de lejos. Al tener tanta gente al lado no fue difícil evitar una conversación.

La segunda vez fue peor, iba caminando por la calle y se la encontró de frente, en un pequeño callejón en el que no tenía escapatoria, aunque tuvo la fuerza de únicamente dedicarle un escueto "Hola" y acto seguido aumentó la distancia de sus zancadas, sin dejar margen a oír su respuesta. Pero aún, en ese pequeño margen de tiempo, pudo ver como la morena cambiaba su cara, la sonrisa que puso al verla se tornó en tristeza cuando aceleró el ritmo de sus pasos.

¿Qué pensaba? Que iba a quedarse allí con ella... Que iban a pasear de la mano bajo la lluvia como si nada hubiese pasado... Que iba a lanzarse a sus brazos o incluso a sus labios... Nunca sabría que pensaba Amelia, pues no se lo diría, aunque ella tampoco había contestado a ninguno de sus mensajes de buenos días.

Amelia seguía deseándola cada mañana que su día tuviese momentos felices. Salvo aquel día, la última mañana del año, que empezó con el vacío de no recibir noticias de la morena.

Era una sensación extraña, una parte de ella se había acostumbrado a tener su notificación al despertar, aunque deseara que no lo hiciera, lo cierto es que no podía negarse a sí misma que le gustaban aquellos mensajes que dejaba en visto sin respuesta.

Y es que esa mañana Amelia había cambiado su buenos días por una canción en forma de estado. Miró la hora y vio que la acababa de poner, hizo click y abrió el enlace, aquella canción... La conocía perfectamente, seguramente había sonado en el coche, entre su lista de corta venas, camino a la sierra. Después de escucharla volvió a la app y vio que lo había borrado. No había ni rastro del estado, aunque ella había podido escucharla. ¿Por qué la había borrado? Era realmente bonita...

***
Se arreglaba en casa esperando a que Patricia viniese a recogerla para ir al Kings, tampoco es que fuese a hacer nada muy diferente aquella nochevieja. Era la última noche del año y, aunque empezaba sin tener que trabajar porque oficialmente libraba, al ver desbordada la barra siempre terminaba ayudando a su hermana.

Su teléfono sonaba mientras terminaba de peinarse, había decidido rizarse el pelo, iba a estrenar un vestido morado que le había regalado su hermana. Puede que fuese ligeramente corto, pero no la importaba, pues sabía el calor que haría en el bar a final de la noche.

Patricia: Gatita, estoy aquí.

Patricia: Espero que ya estés lista, yo estoy súper nerviosa.

Luisita: Ya casi estoy, si quieres sube, a mi familia le gustará verte.

Patricia: Prefiero verles otro día, estoy realmente inquieta.

Patricia: Tal vez te guste la amiga.

Patricia: Aunque igual no es el mejor momento para una cita a ciegas...

Luisita: Para mi no es una cita.

Luisita: Te hago de carabina.

Patricia: Eso suena a los 70 por lo menos...

El ApagónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora