Cap 6. Ocultando la verdad

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A la mañana siguiente de la fiesta me sentía terrible, la cabeza me dolía debido al humo de cigarrillo al que estuve expuesta y sobre todo sentía la cruda moral, me sentía mal por lo que había pasado con Alexander y de verdad no tenía ni la menor idea de qué hacer con él, sabía que solo había sido cosa de una noche y no tenía que ilusionarme, no sabía qué esperar ahora, ni de él ni de mí, sabía que en algún momento tendría que decírselo a Mia y a Camille, no tanto por ellas, en realidad quería dejar de sentirme tan mal por todo lo que pasó, de verdad esos pensamientos me estaban atormentando, era realmente increíble, ese día solo hablé con mi padre y con Victoria, con ella tratábamos de poner un poco de humor a la situación, la verdad no me arrepentía mucho por lo que pasó, se que ambos lo disfrutamos pero no estaba bien, Alexander me empezaba a gustar Alexander y yo sentía que de verdad eso estaba mal, lo más complicado ahora sería tener que verlo diario al ir a la escuela, ¿de cómo pasé a esto?, literalmente hace dos días me daba igual su existencia, ¿por qué todo era distinto ahora?, todo era confuso y no sabía que hacer, por primera vez no tenía un plan bien elaborado, sabía que quería ignorar todo lo que pasó, quería ignorar a Alexander pero no sabía muy bien como hacerlo, quiero decir, sería extraño tratarlo diferente de la nada, sinceramente no sabía cómo tendría que tratarlo.

El lunes llegó y junto con él el detestable pensamiento de Alexander, tendría que volver a verlo, lamentablemente, también tendría que enfrentar todo con Mia, Victoria y yo nombramos a Alexander como El salvaje, esto se debe a que al morderme me dejó una pequeña herida en el labio superior la cuál tuve que cubrir con labial para que mi familia no se dé cuenta de la misma, llegué a mi escuela temprano como de costumbre y me senté hasta el fondo, la clase que teníamos era física y la verdad era una de mis materias menos favoritas, esperé unos diez minutos y vi que Mia llegaba, nos saludamos como normalmente lo hacemos y esperamos a que llegue Victoria, aproveché un poco el tiempo antes de clases y fuimos al baño para terminar de arreglarnos.

-Y, ¿cómo les fué en la fiesta?- Me preguntó Mia mientras se arreglaba un poco el cabello, en ese instante el recuerdo de los labios de Alexander cruzó mi mente, trate de olvidarlo cosa que claramente no logré y con un poco de nerviosismo dije.

-Nos fué bien, creo, no sé, conocimos a muchas personas- traté de no hablar muy rápido y en ese momento tocó la campana que anunciaba el inicio de clases, al llegar al salón vi a Victoria hablando con nuestros amigos, me acerqué rápido a ella para abrazarla y saludarla, hablé con el grupo hasta que el profesor nos pidió que vayamos a nuestros lugares y escuchemos la introducción religiosa para el día, al ser una escuela católica nos veíamos obligados a escuchar reflexiones todos los días, era aburrido para ser sincera, fui a mi lugar y Victoria se sentó detrás de mí y me susurró.

-¿Hablaste con él?- preguntó, Mia nos miró extrañada, no sabía a quién se refería Victoria y yo, no supe qué contestar

-¿Con quién tendrías que hablar Audrey?- preguntó Mia curiosa, en ese momento yo solo quería que la tierra me tragara y me escupa en saturno, Victoria y yo intercambiamos miradas y antes de que ella hablara lo hice yo.

-Nadie importante, solo un chico que conocí en la fiesta- dije tratando de sonar calmada

-Y ¿cómo se llama?, ¿lo conozco?- siguió preguntando ella, esto comenzaba a superarme, una vez más tuve que mentir.

-No sé su nombre, creo que va en la tarde, es de esta escuela, le decimos salvaje, muerde muy fuerte- dije tratando de poner un poco de picardía y gracia al final lo cuál me funcionó porque Mia no volvió a tocar el tema, las clases transcurrieron normales hasta que fue la hora del descanso, busqué a Alexander con la mirada y me sentí aliviada al no verlo, no quería lidiar con su presencia, sería muy incómodo para mí, caminaba junto a mis amigas, a un costado de Victoria, estábamos riéndonos de algunas cosas que decíamos en clase mientras nos dirigíamos al aula de mi padre, al tenerlo cerca aprovechaba de dejarle algunas cosas como el gran archivador de artes, era demasiado grande como para llevarlo a todas partes, me parecía muy molesto tener que llevarlo a todos lados así que mi papá decía que él podría guardarlo por mí, en fin, después de dejar mi archivador, mis amigas y yo bajamos al jardín de la escuela, era grande y se dividía por ciclos, al llegar a la puerta vi a Alexander, estaba parado frente a la puerta junto a sus amigos, sería imposible pasar sin que nos vea, resignada agarre el brazo de Victoria y caminamos hacia donde estaban, Victoria empezó a saludarlo, luego fue Mia.

Querido DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora