Cap 10. Campamento

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PARTE 1 

Una semana había pasado desde la última fiesta con Alex, una maldita semana en la que nos vimos obligados a volver a nuestra dinámica común, dos conocidos que apenas hablan en cuanto se ven, volviendo al tema principal y creo yo, el más importante; El Campamento de nuestra escuela al cuál yo no quería ir pero aún así tomé valentía (no se de donde) para anotarme, lo particular de este campamento es que no era simplemente ir a un lugar alejado de todo y pasar tiempo con tus amigos, lamentablemente esta no era una película americana donde todo es perfecto, aunque me gustaría las cosas no eran así.

En fin, hablando con Alex me di cuenta de que tal vez entre nosotros no estaba todo perdido, adoraba la manera en la que él me trataba desde esa fiesta, las cosas estaban mejor. Durante el fin de semana estuve comprando las cosas que necesitaría, el domingo en la mañana teníamos que dejar nuestro equipaje completo y el lunes en la mañana saldríamos directo al lugar al que iríamos. Para este tipo de actividades mi papá solía comprarnos absolutamente todo, él sabía que mi hermano y yo éramos muy MUY torpes por lo cuál procuraba comprar cosas que evitaran nuestra muerte evidente. El domingo por la tarde mi papá y yo llevamos mi mochila de campamento (la cuál era ridículamente gigante comparada con mi cuerpo), dejamos la dichosa mochila junto a las demás y aprovechamos que aún nadie nos había visto para irnos, si había algo que nos molestaba a ambos era encontrarnos con todas las personas que nos conocían, era molesto quedarse horas y horas hablando con gente con las cuales no solíamos relacionarnos muy seguido, por no decir nunca. Al ir de camino a nuestro auto nos encontramos con Alexander y su padre, él y yo intercambiamos miradas y de manera incómoda nos saludamos con un beso en la mejilla y cada quién siguió con su camino, ahora era consciente de que de verdad amaba a Alexander y esa clase de acciones de su parte hacían que, de alguna forma indirecta, me sienta mal por todo lo que pasaba con nosotros, era todo muy confuso y eso me aterraba, nunca podía predecir sus próximos pasos, habían días en los que parecía que todo estaba más que perfecto, otros en los que simplemente se veía que todo estaba perdido, una montaña rusa de emociones y probabilidades que simplemente me hacían perder la cabeza, Alexander me volvía loca y no en una buena manera, nada con Alexander era de una buena manera y eso me frustraba, al parecer mi sentimiento no pasaba desapercibido porque en cuanto entré al auto mi padre preocupado me preguntó si todo estaba bien, si bien él sabía de toda mi historia con Alexander no me sentía del todo cómoda quejándome de mis problemas con alguien que ni siquiera era parte formal de mi vida, arruinaría la imagen impecable que mi padre tenía de Alexander y yo no quería eso, en fin no quería ocupar mi cabeza solo en Alexander, quería disfrutar mi última tarde con mi padre y mi hermano, no los vería en una semana y estaba segura de que sería difícil estar sin ellos. Durante la tarde mi padre me llevó de compras, dijo que necesitaría muchas botanas para el camino, yo lo veía un poco exagerado a lo mucho serían 3 o 4 horas de viaje en bus, no necesitaría mucho, en la noche los tres nos sentamos en la sala de nuestra casa, teníamos un enorme bowl de palomitas y una buena serie, la cuál en lo personal, me encantaba, The Middle, era una serie cómica, muy graciosa, a los tres nos encantaba. La noche transcurrió entre risas y cuando ya era relativamente tarde, mi padre me mandó a dormir, sería mi última noche en mi gran y cómoda cama, como cada noche me puse mis audífonos y puse música relajante para poder descansar, antes de caer inconsciente ví un mensaje de Alexander "Nos vemos mañana", sonreí pero no contesté, me limité a solamente dejar los mensajes de lado y dormir.

Y el día del dichoso viaje al campamento había llegado y junto a él mis ganas de dar a torcer el brazo y permanecer en mi cama por una semana, era extraño, por un lado quería quedarme en mi casa, con las todas las comodidades que me ofrecía, todo con una buena cobija y las tazas de té que yo quisiera, junto con eso, aprovechar de terminar algunos manuscritos que tenía pendientes y finalmente leer o ver una serie por las noches; por otro lado quería salir de mi rutina habitual y pasar más tiempo con mis amigas y con Alex, aunque eso último no se lo haría saber.

Querido DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora