Cap 11. Miradas de hielo

6 1 0
                                    

Parte 2

-¿Cómo qué ratona pulgosa, imbécil?,Ethan no me quiero enojar contigo, retractate ahora mismo.

-No, bruja- dijo Ethan y se echó a correr mientras reía, yo por mi parte solamente me reí y corrí detrás de él, duramos así unos tres minutos, hasta que lo atrapé y lo abracé.

-Dije que te retractes, dime que lo sientes Ethan- dije mientras que lo molestaba con su cabello.

-¡Nunca!- dijo mientras trataba de quitar mis manos de su cabello, una vez lo logró empezó a despeinarme, cómo en los viejos tiempos, lo miré mal y le di un golpe en el brazo, él solo se rió y me dijo- Debilucha, nunca tuviste fuerzas, ¿verdad pulga?- lo miré ofendida

-Eso no es cierto, seguro te dolió- dije tratando de no reír y volví a abrazarlo.

-No dolió nada, he visto plumas que golpean más fuerte que tú- rodeé los ojos y me alejé un poco de él, ahí me percaté que Alexander y Victoria seguían parados cerca de nosotros, miré a Ethan y recordé lo que yo hacía antes cuando me enojaba con él, le saqué la lengua y le di la espalda, él soltó una sonora risa.

-¿Ahora me odias?- dijo con gracia, él lo recordaba al igual que yo

-Sí, ahora te estoy odiando, no me hables- me hice a la ofendida y aguantando una carcajada me acerqué a Alexander y lo abracé, él me devolvió el abrazo aunque estaba un poco serio, no sabía porqué y cuando estaba por preguntar el jefe de campamento nos llamó.

Que oportuno (nótese el sarcasmo)

Nos reunimos todos en el centro del jardín principal, todo el lugar en general se veía descuidado, aún así me parecía un lugar hermoso para estar y pasar la semana, aunque ya extrañaba mi casa. Para los trabajos diarios nos dividieron por grupos, para mi buena suerte me tocó con personas que conocía, para mi mala suerte no estaba ni con Mia, ni con Victoria, así que me vería en la horrible obligación de volver a hablar con algunos antiguas amigas, lo cuál, si bien no me hacía mucha gracia, podría ayudarme a conectar otra vez con ellas.

-¡Grupo 3 chicas y grupo 5 chicos, a la cocina!- con todo el pesar de mi alma me separé de mis amigas y fui a la cabaña principal donde nos dijeron que teníamos que descargar todas las cajas con las cosas que necesitaríamos para cocinar, después de acomodar las cosas nos dieron una hora para almorzar. Hablando de comida para mí sería una semana, en extremo larga, no estaba acostumbrada a comer fuera de mi casa y eso para mí era un problema grande, es más, gigante.

Mientras nosotros cargábamos las cajas de cocina los demás descargaban las mochilas y los equipos de trabajo que necesitaríamos para las tareas asignadas para la semana. Al terminar de acomodar las cosas de la cocina salí directo a la cabaña en la que las mujeres nos quedaríamos, las paredes eran de un color rosa muy desgastado y tenía plantas artificiales colgadas del techo y pilares, se veía relativamente acogedora para el estado en el que estaba, para mi mala suerte habían chicas las cuales no me agradaban para nada, eran muchas y no hablaban, al contrario, gritaban. En fin, supongo que tendría que acostumbrarme a su presencia, aunque no me guste,en lo que tenía al final.

Al empezar a desplegar mi sleeping en el lugar que MIa y Victoria me habían guardado, mientras terminaba de organizar mis cosas me di cuenta que en la noche el lugar sería en extremo frío y convenientemente yo había olvidado traer mantas, en resúmen, estaba jodida.

Después de organizar mis cosas volví a la cocina a ver si necesitaban ayuda, estaba todo tranquilo, agarré una escoba y comencé a barrer un poco el lugar, al terminar eso la encargada de cocina me mandó a lavar unas cuantas ollas, dentro de la cabaña principal no había una cocina como tal y dentro de todo el campamento solo habían 2 llaves de agua, las cuales eran para lavar los platos, vasos, cubiertos, todo lo que se necesitaba en la cocina en general y claramente donde nosotros tendríamos que asearnos. Fui a la llave principal ya que la que estaba fuera de la cabaña no funcionaba; mientras lavaba las cosas llegó Ethan y sin decir absolutamente nada se remangó las mangas y empezó a ayudarme con el lavado de las cosas, yo solo me limité a sonreír y seguir con lo que estaba haciendo, al cabo de un par de minutos terminamos con todo y entre los dos llevamos todas las gigantescas ollas a la cocina, al llegar y dejar las cosas inmediatamente nos pusieron a preparar los sándwiches para la hora del té, una vez más Ethan estaba a mi lado ayudándome, a este punto del día yo admiraba mucho a mi amigo, se había quedado toda la tarde ayudando pese a que no tenía que hacerlo, era una muy buena persona.

Querido DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora