Cap 9. Tiempo con Alex

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Después de esa penosa noche Alexander se fue de mi casa en la mañana, una vez más sentí que él se escapaba de mí, todo se sentía tan incorrecto, tan mal, ¿Dónde estaba mi romance perfecto?, siento que cada uno de mis libros me mintieron al decir que cuando un chico te ama hace de todo para demostrártelo, yo no sabía qué era lo que Alexander quería, algunos días parecía que éramos mejores amigos, otros parecíamos amantes sin control, era confuso y él nunca me decía lo que quería y eso me llenaba de frustración. Yo quería que todo funcione y ambos nos sintamos cómodos pero su falta de comunicación lo hacía imposible, tenía el presentimiento de que lo nuestro no tendría un futuro largo, probablemente seríamos dos extraños más en navidad.

Semanas pasaron y volvimos a la misma rutina de siempre, nos evitamos en la escuela y hablamos el resto del día, eso también empezaba a fastidiarme, quería decirle a Mia toda la verdad, decirles a todos lo que sea que teníamos pero no podía, no tenía suficiente valor.

Un 12 de julio Victoria me dijo que tendríamos una fiesta, era organizada por unos amigos suyos por lo cuál no tuve ningún problema en aceptar, aún faltaba mucho para eso, la fiesta sería el día 23 así que tendría tiempo para planear todo, sobre todo para pedir permiso a mi papá, el problema con esto era que la ubicación de las fiestas se daban horas antes de tener las puertas abiertas, eso hacía que mi padre desconfiara de los lugares, para mi buena suerte él y yo no teníamos secretos así que tenía la suficiente confianza en mí como para saber que yo no haría ninguna cosa estúpida y yo de verdad agradecía eso.

Con Alexander las cosas estaban bien, yo intentaba comunicarme más con él, pasar tiempo juntos, volvemos más cercanos, lamentablemente no todo era un lecho de rosas, la comunicación era algo que me molestaba bastante, a veces prefería no hablarle solamente para no decir nada de lo que pudiera arrepentirme en un futuro, lo quería pero a veces mi enojo era mucho más grande que mi cariño.

Volviendo al tema de la fiesta era algo interesante, no creí llegar al punto de decir que yo estaría en esta clase de situaciones, quería verme bonita pero no quería llamar la atención de cualquiera, solo la e una o bueno dos personas en específico, una era cláramente Alexander y otra de Fred, aún no lo conocía pero desde hace meses le había confesado a Victoria que yo le parecía linda e inconscientemente quería seguirle dando esa impresión, él podía llegar a llamar mi atención.

Sería mentirosa si dijera que no tenía miedo de todo, prácticamente me estaba lanzando a lo desconocido, con Alexander, con Mia y mi único consuelo era que no me encontraba sola, sabía que tenía el apoyo de mi padre y de Victoria, al menos no estaba sola.

Me preocupaba agarrar sentimientos fuertes por Alexander, durante nuestros descansos yo intentaba estar cerca de él aunque sea solo para verlo, desde la fiesta donde todo empezó estar cerca de él, a pesar de todo, me hacía sentir segura, era como encontrar un refugio de todo, algo nuevo, emocionante y a la vez aterrador, no quería que la historia con Tom se repita y en el fondo algo me decía que no sería igual pero que tendría que ir con cuidado, pueden llamarme desconfiada pero a nuestra edad nada era eterno, eso significaba que mi extraña relación con Alexander no será eterna, en algún momento seríamos dos extraños, en algún momento ni siquiera recordaremos la historia que estábamos creando ahora. Suena deprimente pero era lo que nos tocaba vivir, era la realidad y no siempre podía ser un cuento de hadas.

Una vez más el tiempo pasó, casi no salía con Alexander, y si lo hacía era por muy poco tiempo, a este punto la monotonía empezaba a aburrirme y no sabía cómo podía salvar lo poco que habíamos logrado construir en estos meses, sabía que podríamos encender un poco más la llama en la fiesta que venía y luego encontrar algo más cercano en el campamento de caridad que se hacía en mi escuela.

El día de la dichosa fiesta llegó y yo estaba emocionada, me puse unos botines de estilo militar, un pantalón acampanado , una blusa blanca y una chaqueta tipo top blanca.

Querido DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora