Cap 8. Baile a la luz de la luna

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Gracias a algunos problemas en el trabajo de mi madre me ví obligada a volver a Londres una semana antes de lo planeado, en parte eso me alegraba para ser honesta, había disfrutado pasar tiempo con mi madre y mi hermana, me gustó mucho Wadsworth pero no era mi hogar, no podía verlo así.

Al llegar a Londres ví a mi padre esperando por mí y mi hermano, al vernos nos abrazó, no me había dado cuenta de lo mucho que extrañaba todo hasta que llegamos a casa, mi hogar, al entrar a mí habitación ví una caja de chocolates con una nota adherida a esta, sonreí como una boba, eso sin dudas era obra de de mi padre, la nota decía: "Bienvenida a casa, no se lo muestres a tu hermano, tampoco comas mucho y Beth, te extrañe como no tienes idea. Att: papá", él solía tener esa clase de detalles conmigo, era muy tierno pero no podía comerlo todo yo sola así que guardé la nota, dejé un chocolate en la habitación de mi papá y los demás los llevé al cuarto de mi hermano, pasamos toda la mañana y parte de la tarde entre risas y bromas eso hasta que me llegó un mensaje de Alexander- "Ya llegaste a tu casa?"- sonreí y respondí casi al instante- "Llegué hace horas xd"- lo mandé y casi al instante respondió- "Quiero verte"- al leer eso no pude evitar reír por ese comentario, en ese momento me llegó una llamada suya, me disculpé con mi hermano y me dirigí a mi habitación, al entrar cerré la puerta y contesté.

-Hola niña guapa- dijo él ni bien contesté, su tono era coqueto y gracias a eso estallé en una carcajada.

-Hola tonto- dije tratando de regular mi respiración.

-¿Cuándo vamos a vernos?

-No sé, cuando quieras, supongo, no tengo mucho que hacer la verdad

-¿Puedo ir a tu casa?- dijo como un niño

-No veo porque no- dije camuflando una sonrisa

-Está bien, estaré ahí en unos 15 o 20 minutos máximo

-Esta bien, bye- dije antes de colgar, me levanté de mi cama rápidamente y corrí escaleras abajo en busca de mi hermano, él estaba en la cocina comiendo fruta, mientras me agarraba el pelo en una coleta de caballo lo miraba con súplica, en cambio él me miraba con burla ignorando mi mirada, me fui a la sala a tratar de ordenar un poco la sala, acomodé los adornos del centro de la mesita y los almohadones, al voltearme mi hermano me miraba con gracia, lo miré y tragando mi orgullo le dije.

-Alexander va a venir, por favor ayúdame aquí y yo haré la limpieza arriba- dicho esto fui al cuarto de limpieza y saqué la escoba y el recibidor el cuál llevé a la planta de arriba, más concretamente a mi habitación, me arreglé un poco y ví como los tarros de pintura y un montón de plástico en una esquina, puse los tarros en una torrey doblé todo el plástico de modo en el que no se vea tan desordenado, guardé la ropa que tenía sobre mi silla y acomodé bien las almohadas, empecé a barrer el piso tanto de mi habitación y del pasillo, bajé rápidamente a barrer la sala y el comedor, guardé las cosas de limpieza y subí a mi habitación a terminar de arreglarme, ese pequeño espacio solo duró un par de minutos ya que luego escuché el grito de mi hermano diciendo.

-¡Beth, hay un idiota en la puerta, dice que viene a verte!- su grito fue tan fuerte que estoy segura que lo escucharon en Eslovaquia, bajé lo más rápido que pude a recibir a Alexander apropiadamente, lo saludé con un abrazo y un beso en la mejilla.

Fuimos a la sala donde de una manera muy dulce me besó, al separarnos me miró directamente a los ojos, los ví brillar por un segundo, me sentí especial por un momento, volví a unir nuestros labios, esta vez el beso era más intenso, era sorprendente para mí la manera en la que nuestros labios encajaban a la perfección y aunque odie admitirlo extrañaba mucho que estemos así, era como tener una conexión única, estábamos dentro de nuestro propio mundo, simplemente era todo perfecto, para mi mala suerte teníamos que separarnos para respirar, al hacerlo nos miramos sonriendo, sentía un gran cariño por él, una extraña adicción a sus labios o tal vez era lo tierno que me parecía verlo con sus lentes empañados, en general me gustaba estar así con él, era tan agradable y me gustaba tanto su compañía que no quería que eso se acabe nunca, ahí me di cuenta de que quería estar con él, no importaba en qué manera, ahora simplemente quería estar a su lado, lo quería a él, era muy pronto pero era inevitable no tener cariño por alguien así, simplemente Alexander me hacia sentir cosas que nunca sentí con Tom.

Querido DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora