POV Fausto
Despertando con el cantar de los pájaros y antes de los primeros rayos del sol, comencé a levantar mi campamento, primero fui al lago cercano por un poco de agua, para mi caballos y junto a un poco de heno ellos desayunaron, con el agua que me sobro lave los trastes que use ayer y los puse de nuevo en su lugar, además calentando un poco en la hoguera tome un agradable baño.
Puede que tuviera que bañarme así, pero prefería eso a posiblemente enfermarme.
Retirando la comida que ellos no se acabaron acicalé a mis caballos para después ponerles el arnés enganchándolos en el carro.
Con el campamento recogido, los animales alimentados y con un trozo de pan y leche en mi estomago emprendí mi largo viaje.
-¡Vamos chicas!- llame a mis yeguas que decidí llamar Lucero y Esperanza.
Mientras cabalgábamos por el sendero estaba pensando que todo esto me parecía muy familiar, digo reconozco que este no es mi mundo ya que no existe las Ranas Parlantes, pero no podía sacar de mi cabeza la sensación que quizá podría conocer todo esto.
-¡Oye amigo!- detuve mis pensamientos cuando escuche que me llamaban.
Mirando hacia a un lado estaba un joven campesino, que me miraba esperanzado.
-¡Disculpe buen Hombre!, ¿acaso usted sabrá como hacerme sentir miedo?- pregunto desesperadamente el hombre, viéndolo extrañado pensé en su pregunta.
No sabia quien era, ni mucho menos porque me preguntaba eso, pero tratando de pensar una buena respuesta le conteste al joven.
-El matrimonio- dije confundiendo al chico -Piénsalo de esta forma, al deposar a alguien no solo cargas contigo, si no con su vida y aun mas si piensas en tener hijos, debes velar por su seguridad y bienestar- dije haciendo reflexionar al hombre -Tengo miedo que un día cuando este por dar ese paso no sea lo suficientemente bueno para cuidar y proveer para mi familia- dije mis verdaderos pensamientos.
-¡U-Usted tiene razón!- exclamo con miedo y alegría el joven -¡La responsabilidad de ser Padre es tanta que asusta!- dijo el chico contento y se fue alegre ya que aprendió a tener miedo.
Viendo como se alejaba por el horizonte negué con la cabeza y seguí el camino.
Ignorante de cómo le había cambiado la vida a un hombre y como ese hombre quien recién descubrió lo que era el miedo, por el mato a 8 cabritas y a un lobo ya que pensó que era cosa de magia negra.
Aburrido comencé a cantar una alegre melodía, pero por el camino pude visualizar su objetivo.
El Castillo embrujado del antiguo Rey era un gran castillo medieval de roca caliza, no podía explicarlo, pero encima de él se cernía un aura de miedo y muerte que erizo todos los pelos de mi cuerpo.
Sabiendo que debía por lo menos estar 3 noches allí supe que esto no sería para nada fácil.
-Cálmate Fausto, completaste todos los FNAF, puede hacer esto...-dije tratando de calmarme.
Al recordar cómo después de tantos intentos pude acabar con los malditos juegos.
Sintiendo como me calmaba acelere sin poder esperar.
Cuando entre en el pequeño reino fue recibido por los guardias del lugar, que después de decirle que venia por el reto, estos se rieron en mi cara, pero aun y así me llevaron con su rey.
El Rey era un tipo que desprendía carisma y amablemente me recibió, tras expresarle mi petición gracias que llevaba una carta de recomendación de la princesa Elaine, gran amiga de su hija el gustoso accedió a que tomara la prueba.
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Perdido En Los Cuentos de Hadas
FantezieBueno creo que no me eh presentado, soy Fausto Soto Hernández y soy un Biólogo Marino, solía estudiar la fauna acuática de la "fosa de las marías" hasta que un repentino remolino me adsorbió, apenas pude salir de él me escupió en este lago, saliendo...