¿A quién amas realmente? [Jensoo]

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Lisa miró con nervios su teléfono. No quería ni contestar porque tenía el presentimiento de que la llamaban por algo no tan bueno.

—¿Es la productora? —preguntó Rosé.

—Sí, pero estoy demasiado nerviosa como para contestar.

—Vas a estar bien, seguro no es nada importante —animó acariciando su espalda.

La tailandesa sonrió un poco.

—Hey, se fuerte Manobal. Sabes que apoyamos —Jisoo también le ánimo con el pulgar en alto.

—Quizás son buenas noticias —Jennie se unió.

—Bien, atenderé la llamada —suspiró con fuerza—. Necesitaré apoyo, desénme suerte.

[…]

Cuando Lisa regresó, parecía muy desanimada y afligida, tanto que ninguna se atrevió a preguntar cómo le fue.

Jisoo iba a hacerlo, pero su amiga habló antes.

—Me despidieron porque la producción no estaba yendo muy bien y cancelaron la obra —dijo sin ánimos—. Terminen de cenar. Ya me iré a dormir —y sin más se fue dejando a la mesa en silencio.

—¿Qué hacemos? —Rosé odiaba verla tan desanimada—. Parece que fueron malas noticias.

—Iré a ver cómo está. Ustedes coman —les dijo Jisoo antes de ir a caminar para ver si Lisa necesitaba algo o mejor le daba su espacio.

Entró a la casa, encontrando a Lisa hecha bolita en el sofá de la sala con las luces apagadas.

—Que estúpida compañía —habló furiosa sentándose a su lado—. ¿Para que contratan si no cuentan con el dinero ni producción para hacerlo? Que tontos.

Lisa simplemente la ignoró y se tapó la cara con el cojín.

—No te despidieron, más bien fueron tan tontas que perdieron a una gran futura estrella —dijo picoteando su cabeza—. Venga, vamos a comer y a beber más, la comida nunca falla.

—Jisoo, en verdad te agradezco que quieras animarme, pero de verdad quiero estar sola.

La pelinegra asintió, pero en lugar de irse se quedó con ella en silencio, bajo la incredula mira de Lisa.

—Yo sé que no es así. Te conozco Lalisa, eres prácticamente mié hermana menor como Rosie.

El rostro de la tailandesa se ablandó y sus ojos se aguadaron.

—Ven aquí, tu hermana Jisoo está aquí —extendió los brazos.

No basto mucho para que se arrojará sobre ella para llorar.

[…]

Mientras tanto…

Nayeon y Rosé quedaron en un extraño silencio dónde solos e dedicaron a comer, pues Jennie e Irene se había ido a hablar a solas sobre algo que quería discutir la más grande.

—No parece que supiera cantar. Debería dedicarse a otra cosa.

Rosé dejó de beber su cerveza para mirarla con el celo fruncido.

—¿Por qué dices eso?

—No lo sé, tal vez porque no es tan linda y por eso no destaca de otros.

—Lalisa Manobal tiene lo necesario para destacar de los demás. Es la mejor bailarina y cantante que conozco —habló firme—. Es apasionada y canta hermoso, y de lo que más destaca no es por su bella voz, su capacidad para bailar me deslumbra. Así que me gustaría que te retractes, porque no tienes ni la menor idea de lo que hablas.