Capítulo 8

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Perspectiva de Messi:

Ya lo se, sé que no merezco el perdón de Memo, pero realmente quiero arreglar las cosas. La verdad no pensé que me perdonaría tan rápido, pero también soy consciente que mi ricitos tiene un gran corazón.

Conozco por parte de su mejor amigo Guardado que muchos lo han lastimado física y emocionalmente. Algunos de ellos ya le pidieron perdón y él los aceptó, otros ni se dignaron a hacerlo y eso le da completamente igual.

No suele rogarle a las personas, lo sé muy bien porque una vez mi orgullo me impidió pedirle perdón durante una semana por una discusión muy absurda pues no le quería dar la razón. Durante ese tiempo él no me mandaba mensajes, no hubo llamada alguna y jugaba como siempre, una vez que le pedí perdón me sonrío y me abrazó.

Me confesó que esos días siempre pensaba en mi y que en su cuarto lloraba sin parar, se intentaba distraer y no lo lograba haciendo que volviera a pensar en mi. Me sentí lo peor del mundo cuando me lo dijo y durante la semana siguiente me fui a México sin que nadie se enterara, tan sólo para pasar el mayor tiempo con él y compensar lo que hice.

Esta vez no va a ser diferente, quiero llevarlo al mejor restaurante, comprarle todas las cosas que quiera, regalarle las mejores flores, estar junto a él durante esta noche y demostrarle todo el amor que le tengo. Realmente quiero arreglar el error que cometí y eso es lo que haré, cumpliré mi promesa y no dejaré que mi temperamento vuelva a controlarme.

Aunque claro, me puse celoso porque Cristiano se sonrojó al ver a mi novio, sé que no le gusta Memo pero esa mirada me pareció muy extraña. No quería volver a discutir pero tampoco me quedé como si nada, marqué un poco el cuello de Memo y voltee a ver a Cristiano con una sonrisa. Su mirada tenía un brillo de enojo que me sorprendió pero no dijo nada.

Ahora que estamos jugando de nuevo volteaba a verlo y lo noté algo decaído, me extrañó eso, no se porque se comporta raro pero no le dí importancia. Un rato después me di cuenta que fue con Scaloni, le susurró algo y luego se fue. Scaloni pidió que me acercara y eso hice.

–¿Qué sucede?– dije curioso.

–Cristiano tuvo que irse a entrenar pero quiere hablar contigo después del entrenamiento.

–Pero... tengo una cena con Memo, no puedo hoy– dije algo apenado.

–Ya veo, entonces le diré que mejor mañana hable contigo antes de su partido– asentí, le agradecí y volví a lo mío.

Ya mañana le preguntaré que le sucede, pero por mientras voy a seguir disfrutando de esto. Todo estaba iba bastante bien, me sorprende que lo que el anciano hizo estuviera funcionando, ahora ambos equipos se llevan bastante bien.

Más o menos en media hora nos pidieron que volviera cada quien con su equipo, eso hicimos no sin antes darnos cumplidos entre todos. Me acerqué a Memo y le di un beso rápido en los labios para luego volver con mi equipo, se quedó unos segundos parado hasta que el más joven de ahí se lo llevó mientras reía.

Eso me recuerda que debo de disculparme con el chico de ayer, lo traté mal cuando sólo intentaba hacer sentir mejor a mi ricitos, hice una nota mental para luego dirigirme a mis compañeros.

–Bueno bueno, ya se divirtieron, ahora sigan con sus entrenamientos– soltaron quejas pero me hicieron caso.

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Una hora y media había pasado, teníamos que terminar para que otros equipos ocuparan la cancha, ya estábamos yendo a los vestidores. Algunos tenían sus celulares en mano hasta que Julián se detiene, mirando curioso su celular.

¡Maldito Chapulín!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora