Feliz navidad- KookMin (TRADUCIDA)

2

Desde que tiene memoria, Jimin ha estado odiando al niño que vivía al lado.
No solo vivían uno al lado del otro, sino que Jungkookie, como lo llamaban en ese entonces, también fue al mismo jardín de infantes, a la misma escuela primaria, a la misma escuela secundaria y luego a la misma escuela de preparatoria. Básicamente, Jimin tenía que verlo todo el día todos los días y desde muy temprano Jungkook le chupó toda la paciencia como un maldito vampiro chupando sangre.
En ese entonces, durante un tiempo, Jungkook era bastante delgado y larguirucho, su nariz era demasiado grande, su rostro demasiado redondo y un bulto en sus mejillas que no le quedaba en absoluto. Se veía raro y era un sabelotodo. Y Jimin odiaba a los sabelotodos. Además de eso, Jungkook era bueno en todo tipo de cosas. Mejor que Jimin. Y Jimin también odiaba eso.

Sin embargo, lo que más odiaba era el hecho de que Jungkook sabía que era mejor que él. Que siempre lucía esa mirada petulante de satisfacción cada vez que atrapaba a Jimin viéndolo ser bueno en las cosas.
Jimin no recuerda cuándo comenzó exactamente o qué lo inició, pero desde que tiene memoria, él y Jungkook han estado en una especie de competencia tácita entre ellos.
Aunque era dos años más joven que Jimin, Jungkook pudo leer las palabras en los libros ilustrados antes que Jimin. En la escuela primaria, siempre recibió calcomanías por su letra impecable. Era un velocista más rápido que Jimin, podía saltar la cuerda mucho más tiempo que Jimin sin que se le enganchara entre las piernas, trepó al árbol en el jardín de Jimin hasta la cima, mientras que Jimin se acobardó hasta la mitad. (De acuerdo, Jungkook fue atrapado y regañado por escalar tan alto, pero la sonrisa de complicidad que le lanzó a Jimin mientras su madre lo arrastraba de regreso a su casa fue suficiente para que Jimin quisiera golpearlo en la cabeza con su pala.)

En el jardín de infantes, las cosas que Jungkook elaboró ​​se veían mejor que las de Jimin, y sus dibujos también se veían mejor. Un par de años más tarde, en el patio de la escuela, Jungkook era el más rápido en las barras de mono, el que podía llegar más alto en el columpio y luego fue lo suficientemente valiente como para saltar.

Era un fanfarrón y, excepto Jimin, todos lo admiraban, pensaban que era genial y querían ser sus amigos.
Incluso la propia madre de Jimin parecía absolutamente enamorada del molesto hijo del vecino.
Por un tiempo, Jimin pensó que solo estaba tratando de ser amable porque era un poco cercana a la madre de Jungkook. Los dos tomaban café todo el tiempo ya sea en casa de Jungkook o de Jimin y si no tomaban café, al menos hablaban por encima de la cerca que separaba sus jardines.
Pero luego, la madre de Jimin comenzó a hablar muy bien de Jungkook incluso cuando la madre de Junkook no estaba presente. Jungkookie obtuvo el puntaje más alto en esto, Jungkookie obtuvo un trofeo por eso, Jungkookie estaba aprendiendo otro instrumento, Jungkookie comenzó a mostrar interés en este nuevo deporte, Jungkookie aquí, Jungkookie allá...
Básicamente, Jimin aprendió mucho sobre Jungkook, a pesar de que no le importaba en absoluto ese estúpido idiota.

A veces, los Jeon incluso invitaban a Jimin y sus padres a cenar y Jimin nunca quería ir, porque cada minuto que tenía que ver la cara molesta de Jungkook era demasiado. Pero el padre de Jungkook era un cocinero increíble y, para la buena comida, Jimin podía intentar ignorar al idiota durante un par de horas.
Por lo general, se lanzaban miradas asesinas sobre la mesa de la cena, no hablaban a menos que se les hablara y, aparentemente, los adultos nunca se dieron cuenta de la atmósfera hostil, porque seguían charlando y riendo, diciéndoles a Jimin y Jungkook que fueran a la habitación de Jungkook y jugaran videojuegos. cuando los dos niños comenzaron a retorcerse en sus asientos con impaciencia después de que terminó la cena.

Jimin también odiaba la habitación de Jungkook. No porque fuera aburrido, era todo lo contrario. Tantos juegos que Jimin quería jugar, tantos cómics que Jimin quería leer... El hecho de que no fuera aburrido fue la parte difícil. Era difícil no mostrar interés.