Febrero 2015

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—¿Cuándo dejará de caer esta aguanieve?

Eun-Ji estaba sentada a mi lado mirando cómo prontamente la nieve se volvía acuosa.

—Tal vez el próximo mes, ya casi es primavera—respondí.

Estábamos en el patio de mi casa, tomando chocolate caliente y sentados en una banquita de madera justo al lado de la puerta trasera. Aún hacía frío entonces nos manteníamos cercanos.

—¿Sabes? Estoy nervioso. He estado estudiando como nunca, pero siento como mi cabeza se adormece cada vez más.

—Ay Jimin... No creo que debas preocuparte demasiado, eres muy bueno en la escuela y tienes excelentes calificaciones. Yo sé y confío en que vas a quedar en esa universidad.

Hice una sonrisa a medias, en el fondo sabía que a ella también le dolía que me fuera de la ciudad a estudiar, pero esto lo hago por los dos.

Eun-Ji no se quedaba atrás, era realmente inteligente y tenía excelentes calificaciones en su escuela, ella también tenía planes para ir a la universidad y estudiar psicología, siempre me habló de esa carrera con mucho amor.

Acaricié el dorso de su mano con mis dedos fríos y ella acostó su cabeza sobre mi hombro.

—NamJoon me ha estado enseñando un poco de integrales y cálculo, así que tienes razón, no debo preocuparme tanto. El examen es en unos meses, pero debo estar preparado, debemos estar preparados.

—Te irá muy bien, Jimin.

Besé su frente y me tomé los últimos sorbos de chocolate que yacía en mi vaso, incluso con este frío yo seguía estando tan cómodo con la presencia de Eun-Ji. No sé ni cómo explicar mis sentimientos, es solo que daría todo porque ella esté bien.

La noche comenzó a caer lentamente, el ambiente se hacía cada vez más frío, así que decidí llevar a mi amada a su hogar.

—¡Mamá!—grité al entrar por la puerta trasera junto a Eun-Ji—Dejaré a Eun-Ji a su casa.

Mi madre salió de la cocina para asentir y despedirse de mi novia. Aunque no le cayera del todo bien, aún así era muy amable con ella.

Eun-Ji sabía que a mi mamá no le caía bien, pero se esforzaba por caerle mejor. Siempre me preguntaba el como estaba mi mamá, la felicitaba en su cumpleaños y en el Día de Las Madres. Eun-Ji era alguien que siempre se esforzaba por hacer las cosas lo mejor posible.

Emprendimos el viaje hacia la casa de Eun-Ji, ella reía y ponía canciones mientras yo manejaba y tomaba una de sus manos. Su casa no quedaba realmente lejos, máximo a unos 10 minutos en auto, pero no expondría a que ella se enfermara.

Al llegar, estacioné el auto afuera y entramos a su casa, encendió las luces de la sala y de la cocina y nos percatamos de que no había nadie. Ella me invitó a su cuarto.

Llegamos al segundo piso riéndonos mientras nos besábamos, la tomé fuertemente de la cintura y me aferré a sus labios.

—¡Jimin, me haces cosquillas!

Ella reía en mis labios y yo no podía evitar sonreír también, me encantaba.

La aventé en la cama sin mucha fuerza, me di la vuelta y abrí la cortina para que entrara un poco de luz lunar, volteé a verla y ella seguía sonriendo como una bebé.

Me subí encima de ella.

—¿Quieres hacer algo?—preguntó, mientras me abrazaba del cuello.

—Solo si tú quieres...

Noté esa sonrisa pícara en su cara, ya sabía lo que significaba.

Acercó mi rostro al suyo y nos besamos, rápidamente mi suéter se desvaneció de mi cuerpo y sentía sus pequeñas y frías manos en mi espalda, no podía negar lo mucho que me agradaba sentir eso. La senté sobre mis muslos con las piernas a mis costados y metí mis manos debajo de su sudadera para sentir su suave piel, interrumpí nuestro húmedo beso para poder quitar la prenda, Eun-Ji quedó en brasier pero no por mucho, porque lo removí audazmente con mis manos para poder lamer sus pezones. Ella gemía y jalaba mi cabello suavemente, eso me excitaba bastante.

Embarazada | Park JiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora