Diciembre 2015

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Las lágrimas de mi rostro eran muy pesadas, casi como cargar bloques de cemento en mi rostro, me sentía ansioso por todo esto pero por fin podía decir que la satisfacción que estaba sintiendo era impresionante.

—¿Jimin?

Eun-Ji se asomó por la puerta de mi cuarto, viendo tristemente sus alrededores llenas de cajas de mudanza. Limpié mis lágrimas rápidamente.

Ella me vio leyendo sus antiguas cartas, sonrió y caminó hasta mí para sentarse en mi cama.

—¿Por qué lloras?

Me levanté de la silla guardando las cartas en la caja roja y me senté al lado suyo.

—Porque todavía siento que puedo perderte. Bueno, perderlas.

Ella soltó una pequeña risa, sobó mi rodilla y volteó a mirarme.

—No vas a perdernos. Aquí estaremos cuando regreses, tú siempre vas a ser el papá de Hana, somos una familia ahora.

—Tienes razón.

A pesar de que estaba feliz de poder estar viendo a Eun-Ji y de que estaba haciendo lo correcto, ahora, no podía evitar sentir una sensación de tristeza y arrepentimiento en el fondo de mi corazón. Sabía que este era mi deber y mi responsabilidad, pero no podía evitar sentir que estaba dejando algo atrás. Era un sacrifico que sentía que estaba haciendo por amor, pero aun así era doloroso.

—Ya mañana te vas—dijo ella.

—Ya sé.

—¿Cómo te sientes con todo esto?

—Me siento triste por tener que irme, porque no quiero separarme de ustedes.

—Nosotras te vamos a esperar, estarás presente en la vida de Hana todo el tiempo, te lo prometo.

Suspiré un poco—¿Sabes? Creo que a lo que realmente le tenía miedo era a no saber tomar las decisiones correctas y arruinarlo, pero no arriesgar me llevó a perderte a ti y a Hana.

—Eso ya es parte de las enseñanzas que espero tengas en cuenta.

—Si. Quiero estar aquí con ustedes, pero también quiero darles lo mejor del mundo—pausé—Yo sé que no me merezco tu amor después de todo, pero que sepas que estoy muy agradecido por haber regresado conmigo.

Ella inclinó su cabeza hasta mi hombro, sobó mi brazo animándome.

—Volveremos a estar juntos los tres.

Al día siguiente mis padres y mi hermano me ayudaban cargando mis cajas de mudanza al auto, eran bastantes y algunas muy pesadas. El vuelo era temprano así que estábamos desde la madrugada despiertos con todo esto de la mudanza...

Mamá se aseguró de guardar algunas cosas para mí, algunos recuerdos, comida para el viaje, algunos folletos y libros también. Todos hacían algo, yo solo me concentré en congelar ese momento en mis recuerdos, definitivamente iba a extrañar todo esto.

—¡Hemos llegado!

Eun-Ji, Hana y la señora Jung llegaron, me acerqué a la puerta para saludar y Eun-Ji besó mis labios.

Embarazada | Park JiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora