Enero 2015

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La nieve caía delicadamente dejando sombras por la luz del atardecer. Si pudiera decidir quedarme toda la vida aquí, lo haría. Me encontraba en casa de Eun-Ji a solas, relajados sobre su cama viendo por la ventana la luz tenue invernal. La mejor vista la tenía a mi lado.

Estaba tan concentrado en su hermosa sonrisa, sus dientes ligeramente chuecos pero igual de preciosos, sus pequeños ojos marrones y su cabello corto color cobrizo...

En ese momento, sentí cómo mi corazón se llenaba de amor mientras miraba a Eun-Ji. No podía creer lo afortunado que era de tenerla, ella siempre había sido mi refugio y mi roca, y no podía imaginar mi vida sin ella.

Sabía que nunca iba a dejar de luchar por Eun-Ji y por nuestro amor, porque estaba tan enamorado de ella y de todo lo que pertenecía a su ser.

Eun-Ji y yo nos conocimos en un campamento hace unos años atrás, exactamente cuando nos tocó estar en un equipo de baloncesto, ella era realmente hábil y yo un pobre inútil, así que solo nos defendimos con su juego porque yo realmente no aporté nada, recuerdo que cuando finalmente tuve la oportunidad de hablar con ella por primera vez, sentí como si todo a mi alrededor desapareciera en un instante. Su sonrisa era tan hermosa y su presencia era tan tranquilizante, me sentí instantáneamente en paz.

Eun-Ji era una chica maravillosa: amable, linda e inteligente, tenía algo que me encantaba cada día más y estoy seguro de que haría cualquier cosa por cuidarla y protegerla.

Actualmente llevábamos un año de relación formal, recuerdo perfectamente el momento en el que le propuse estar conmigo y ella toda tímida aceptó sin pensarlo mucho. Lo único que deseaba era entrar a la universidad para después casarme con ella.

—¿Qué tanto me miras, Jimin?—la voz baja de mi adorada novia.

—Lo hermosa que te ves. Me encanta tu cabello el día de hoy.

Ella sonrió un poco y escondió su rostro en su bufanda afelpada, imposibilitándome ver su linda cara. Me encantaba tanto estar con ella, era como si el tiempo pasara en cámara lenta cuando la miraba. Ella era hermosa por dentro y por fuera.

Pegamos nuestros cuerpos un poco más en su cama, me encantaba sentir su calor corporal y ver por su ventana como la nieve caía lentamente haciendo sombras en el rostro de Eun-Ji.

Como quisiera congelar este momento...

—Jimin, ¿Quieres escuchar música?

Asentí. Sacó su pequeña bocina del mueble enseguida de su cama, la encendió y conectó un auxiliar a su celular. Pronto comenzó a sonar Apocalypse de Cigarettes After Sex.

El sonido era relajante y le quedaba al ambiente. La luz del atardecer ya cubría los ojos marrones de Eun-Ji. No podía dejar de mirarla.

—Jimin, ¿Vas a esperarme cuando te vayas a la universidad?

—Por supuesto que si. Esperaría toda una vida por ti.

—No quiero que me esperes tanto tiempo, solo quiero estar aquí, ser tu primera opción siempre.

—Siempre lo serás, Eun-Ji.

Agarró mis mejillas y comenzamos a besarnos con la música de fondo, el calor apasionado me hizo quitar la cobija que nos mantenía abrigados. Seguí besando a Eun-Ji hasta que la luz de la luna nos consumió, entonces, hicimos el amor.

Besé cada parte de su cuerpo, besé su cuello, sus labios, su mandíbula, la besé...

—Debo irme—dije.

Me levanté lentamente de la cama y me vestí, mi cuerpo ya necesitaba desesperadamente su calor. Ella dejó al descubierto su cuerpo desnudo y se levantó después de mí para besarme.

Embarazada | Park JiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora