Era inicio de mes. Diciembre había llegado y junto con él, el frío arasó hasta en los lugares más recónditos. Esa pequeña isla no fue la excepción.
Aunque no había nieve, como era de esperarse, el frío era espeluznante en la cima de la cordillera. Casi como en una fantasía, JiMin estaba disfrutando su vida en la playa y al segundo siguiente se había movido hacia una montaña tan fría como la Antártida. Era una exageración, por supuesto, pero no estaba lejos de la realidad.
Estos días pasaron para jimin como un sueño. Los primeros dos que estuvo viviendo bajo el cuidado de YoonGi fueron cálidos y agradables antes de que una repentina tempestad cayera sin descanso sobre ellos. YoonGi proveía a jimin de comida, abrigo y muy buenos besos, y a pesar de que era muy bueno el haberse quedado solos para poder fortalecer esta extraña relación entre ellos, JiMin sentía que no era suficiente.
TaeHyung estaba drámaticamente desaparecido.
Él había estado extraño desde la vez que casi los atraparon en el acto, pero el tigre jamás sacó el ttema a colación o trató de advertir de nuevo a JiMin. subieron a los refugios en las montañas y acto seguido se perdió dentro de la exhuberante maleza para no regresar. Jimin pasó un día entero solo en el refugio, creyendo que lo había descubierto y querría dejarlo ahí a morir a su suerte. Pero entonces YoonGi había llegado, sudando y con el exquisito olor de su cuerpo cansado sobre él a cuidar de Jimin y sus necesidades. Era vergonzoso decirlo, pero aunque había intentado muy duro prender la caldera, no pudo.
Lo raro de todo ello es que a pesar de estar completamente solos y con las horas pasando lento y frio, YoonGi no había hecho nada más a parte de dejarlo locamente calliente después de largos y magnificos besos de lengua. Y Jimin estaba bastante avergonzado como para pedirle ir más allá, además de verlo cocinar y salir a cazar en las mañanas mientras él pasaba las horas pensando en verlo regresar para besarlo.
No hubo palabras o una confirmación verbal entre ellos, simplemente habián asumido que ahora eran pareja. Al menos Jimin lo había hecho. Se le entumecía la boca por preguntarle directamente si esto era lo que él quería que fuera. Quería preguntar sobre porqué aun no habían hecho el amor. O sobre qué haría ahora con Haejoon, su famoso prometido. Esta rara historia fue casi lo último que confirmó TaeHyung antes de salir y desaparecer. Pero en el fondo, sentía que no tenía ni la autoridad ni el derecho de cuestionar.
De cierta manera se sentía insultante estar lleno de tantas conjeturas e inseguridades cuando hace poco nadie se atrevería a desinformarlo. Pero lo soportó porque en el fondo tuvo miedo. Miedo de acabar con este sentimiento de paz y que YoonGi lo alejara. Miedo de perder a este hombre que lo había aceptado y amado. Porque si lo que YoonGi le decía con sus ojos cada vez que lo miraba no era amor, entonces JiMin prefería estar muerto.
—¿Cariño?
Yoongi abrió la puertita de madera de la pequeña casita. Sonrió dulcemente al ver a JiMin acurrucado en la mesedora rodeado de cálidas mantas. JiMin le sonrió de vuelta. Las palabras cariñosas por sobre sus nombres se volvieron un habito muy acogedor.
Este sentimiento de pertenencia es tan bueno... pensó.
—Estás de vuelta —hizo a un lado una cantidad de mantas he invitó al Puma a tomarlo en sus brazos. YoonGi lo acurrucó en su pecho.
—Pude conseguir una liebre y algo de bayas, creo que es mejor para ti si comes cosas frescas en lugar de las cosas que trajimos... —YoonGi hizo un lindo puchero en los labios y JiMin los besó enseguida.
—Puede que tu boca me siente mejor que cualquier manjar.
Rieron y coquetearon un rato hasta volver el ambiente erótico una vez más. Esta coquetería entre ellos se había vuelto común y nacía con mucha facilidad. Jimin notó enseguida el cambio de ambiente y, armándose de valor, tomó la iniciativa.
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Athélita | YoonMin
FanfictionAthélita: forma de pronunciación de la palabra griega "Αθέλητα" que significa: sin querer, inconscientemente, involuntariamente. ~°~°~°~ JiMin es un príncipe con poder y un corazón confuso. Viviendo una vida vana y sin emociones, accede a tomar el c...