Capítulo 19

135 17 12
                                    

YoonGi rozó una vez más la entrada de Jimin, lo pensó mucho antes de tomarlo por los brazos y recostarlo sobre su espalda.

—Cariño —llamó él con cariño, haciendo a JiMin mirarlo con pasión y ternura—. Te quiero tanto.

La sonrisa del Omega se amplió y sus ojos se llenaron de pequeñas lágrimas. La voz del Puma sonó con un deje de tristeza, como si declarar su cariño abiertamente doliera. Pero JiMin no lo juzgó, en su lugar, lo entendió, porque él se sentía igual. Ellos estaban declarando que aceptaban perder una parte de ellos mismos para poder entregarse el uno al otro, y era una realidad abrumadora, porque sabían que no habría vuelta atrás.

Se fundieron en un largo y lánguido beso, y luego, YoonGi decidió comenzar a empujar dentro de su Omega.

JiMin abrió la boca como buscando aire, pero el alfa lo atrapó con un beso. El tamaño de YoonGi fue suficiente para hacerle sentir un tirón doloroso en las entrañas a pesar de haber sido cuidadosamente aflojado, la sensación de llenura caló dentro de su cerebro de una manera que le hizo temblar al punto de tratar de separar a YoonGi de su cuerpo.

El alfa notó este sutil movimiento de rechazo, y aunque su corazón dolió, trató de retirarse. Ciertamente fue extraño que JiMin no pudiera tomarlo hastas el final, fue una ligera y rara forma en la que su cuerpo trató de evitarlo, pero entonces JiMin se aferró a él.

—Estoy bien... —jadeó JiMin, su cuerpo comenzaba a relajarse y el dolor se disipó con rapidez, un poco de miedo se asentó en su pecho.

Aunque ahora era un omega, no era del todo natural, era probable que partes de su cuerpo no estuvieran del todo listas para aceptar el proceso completo, pero JiMin no quería perder esta oportunidad de estar con la persona que amaba, así que aguantó entre el miedo y la incertidumbre y sostuvo a YoonGi por las caderas para atraerlo un poco más dentro de él.

Este vez, la sensación de placer eclipsó cualquier pensamiento. Tirando la cabeza para atrás, gimió con gozo.

YoonGi descartó ese momento de rechazo al minuto siguiente, y con una estocada fuerte se condujo en lo profundo de su amado.

Ambos gimieron y se retorcieron, sintiendo la plenitud de sus cuerpos y como se acoplaron con tenacidad, a la perfección.

—Esta vez no hay vuelta atrás... Eres mío, YoonGi —JiMin se enorgulleció de verlo entregado, sumiso para él.

—Te pertenezco a ti y solo a ti —el alfa no refutó—, y quiero que te pertenezcas a ti mismo. Porque te amo.

La alegría rebozó sus corazones y la declaración fue conmovedora como ninguna. JiMin se convenció sobre el amor que este hombre le tenía porque otro solo hubiera querido poseerlo, a él o su riqueza. Pero este alfa era tan sincero, que herirlo a él le heriría a sí mismo.

Sus cuerpos se volvieron salvajes, chocando y rozando, lamiendo y besando.

Jimin sintió el desespero del alfa por conducir su pene a lo profundo de su estómago. Experimentó la sensación de ser acariciado por el miembro de su amado en su cuello uterino una y otra vez. Las paredes de su trasero apresaron a su alfa como si quisiera tragarlo y se sintió avergonzado de no poder contener el ruido que su boca hacía lleno de éxtasis.

La experiencia fue abrumadora de lo buena. Veía la cara del puma y su corazón se llenaba de alegría, y sentía su miembro golpeando y su mente se llenaba de placer.

—JiMin... JiMin... —YoonGi estaba siendo todo lo gentil que sus instintos le permitían. Su animal interior quería mordisquear el cuello de su omega hasta sentir su sangre en la lengua. Él tenía este mal hábito de apretar el cuello y cortar el aire de su pareja, pero estaba tomando todo de su ser no hacerlo con JiMin para no asustarlo. Con el tiempo, tal vez podría comentarle de este mal gusto a su amada pareja.

Athélita | YoonMin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora