La marea en las costas de la Villa era algo de lo que YoonGi siempre había estado encantado de tener. Era todo lo contrario a la marea en alta mar que se asemejaba a un caballo indomable. Eran suaves empujes en la lancha y sacudidas ligeras que dejaban que él viera todo lo que se movía en los arrecifes por los que solía pasar.
De vez en cuando conseguía un par de corales y conchas con las que JinHan se entretenía en el viaje y le dejaba hacer su trabajo con completa paz. Sin embargo, no era posible que él fuese a meterse al agua y conseguir un par de corales y conchas para que alguien que no era su hermano, y tampoco un niño, se entretuviera. Especialmente porque la persona con la que viajaba estaba cada cuarto de minuto asomándose a los laterales para conseguir devolver su comida en las aguas claras del océano.
-¿Estás... Estás bien?
JiMin había estado sintiéndose mal desde el momento en que el pequeño barquito de madera había zarpado. No recordaba bien la última vez
Que había viajado en un crucero o montado un yate, pero estaba seguro de que jamás se mareó tanto en un viaje a través del mar como lo estaba justo en esos momentos. Todo el nerviosismo que sintió antes de subir a bordo sólo con YoonGi se estaba mezclando con sus entrañas y el agua del mar. No debía estar viéndose bien por ningún lado, y le molestaba que la persona que presenciaba esa parte suya fuera el mismo hombre que le hacía temblar de pies a cabeza.
-Mejor que hace unos minutos - contestó con una mano cubriéndose los ojos y la otra sobre su estómago.
-Bien, vas a irte acostumbrando de a poco, no te preocupes.
A comparación de lo que JiMin creyó, YoonGi se estaba comportando muy amable y sutil con él. Contrario a cómo se había imaginado la personalidad de YoonGi, él no era alguien déspota y mal humorado, más bien parecía tranquilo, siempre en calma. A JiMin se le ocurrió la idea de que su temperamento era como las olas que golpeaban las playas en la villa. De un suave matiz atrayente y singular, combinaba muy bien con lo que le rodeaba.
"Como si fueran uno", pensó JiMin mientras se quitaba la mano del rostro para poder contemplar el perfil luminoso que ofrecía la piel limpia de la cara tranquila de YoonGi.
Estando allí, con los soplos salados del viento y el sol fulguroso en el cielo, YoonGi no se veía como una persona cualquiera. JiMin tenía la idea que él había nacido del mar.
-Tú piel... es muy pálida -quería dejar de estar a la defensiva todo el tiempo, en especial porque su acompañante tenía todas las barreras abajo y tenía la sensación de que estaba intentando no molestarlo.
Los ojos profundos de YoonGi saltaron a su rostro para analizarlo, aunque no había mucho que ver. El estaba desparramado en la proa tratando de no dejar salir más de su estómago, mientras que YoonGi permanecía en la popa atando algunas cuerdas y moviendo la aleta del barco con sus manos.
No supo si era por el calor del sol o por su pregunta, pero las mejillas del hombre estaban bellamente teñidas de rosa.
-Siempre ha sido así, creo que es de familia.
-Y el sol no es un problema, por lo que veo -dijo JiMin reincorporándose.
Bajó las manos y la cabeza respirando profundamente para ignorar el mareo. Quería tener una conversación normal con YoonGi, una en la que no se preocupara por si iba a descubrilo como omega, o si iba a atacarlo porque creía que era un alía, y las condiciones parecían perfectas.
-Nunca se me ha oscurecido la piel sin importar el tiempo que pase bajo el sol -YoonGi tenía la impresión de que aquel viaje no iba a ser en vano.
Desde un principio había temido no controlar la atracción que su animal sentía por el extranjero, pero hasta el momento no se estaba sintiendo ansioso o desesperado. Saber que estaban allí, solos, sin nadie alrededor que fuese a malinterpretar cualquier cosa, se sentía más tranquilo y cómodo, casi como si viajara con un amigo.
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Athélita | YoonMin
FanfictionAthélita: forma de pronunciación de la palabra griega "Αθέλητα" que significa: sin querer, inconscientemente, involuntariamente. ~°~°~°~ JiMin es un príncipe con poder y un corazón confuso. Viviendo una vida vana y sin emociones, accede a tomar el c...