Con Ella....Siempre

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POV Verónica

Nunca pensé que fuera humanamente posible sentirme así.

Nunca supe que el cuerpo humano era capaz de sentir emociones tan profundas e intensas tan abrumadoras que crees que podrías quemarte de adentro hacia afuera.

Así es como me siento ahora.

Así es como Ana me está haciendo sentir en este momento. No ha dejado de besarme desde que puse sus labios sobre los míos. Ni una vez dudó, solo me devolvió el beso.

Eso estuvo bien incluso empezo a tocarme de manera lenta y cariñosa.

Las manos de Ana son un misterio para mí. Son tan suaves pero aún así puedo sentir los callos en sus manos por los muchos años de tocar su guitarra.

Siento que desliza la mano justo debajo del borde de mi camisa. Ella está pasando las yemas de sus dedos sobre mis costillas y siento que se me eriza la piel a raíz de sus suaves caricias y no creo que pueda soportar mucho más así.

Ana respiro entre besos y espero que pueda escucharme tanto por nuestros gemidos como por los jadeos. Después de una última caricia suave de sus labios contra los míos, finalmente se aleja lo suficiente como para mirarme a los ojos.

Me toma unos segundos recuperar el aliento. "Yo... nosotras... tenemos que parar ahora o yo... lo siento"

Ana sacude suavemente la cabeza. "No lo hagas, no tienes porqué sentirlo, está bien." Ella pone sus manos a cada lado y se levanta. Puedo ver la mueca de dolor en su rostro mientras se mueve sobre mí.

Veo que le está costando trabajo moverse, así que la ayudo con mi brazo. Coloco mi mano en la parte baja de su espalda para impedir cualquier movimiento adicional. Ella se detiene y me mira confundida.

'Me gusta cómo te sientes conmigo" le respondí en un susurro.

Observo cómo una miríada de emociones pasan por sus ojos antes de que se asienten en una mirada gentil. Lenta y cuidadosamente baja su cuerpo hacia el mío. Otra mueca pasa por su cara.

"¿Te he lastimado?" Pregunta Ana preocupada, deja escapar un suspiro lento y sacude la cabeza ligeramente. Ella apoya sus brazos contra la manta a cada lado de mí para sostenerse.

Aplico la menor cantidad de presión contra su espalda con la mano.

"Está bien" le digo suavemente. "No soy de cristal."

Ana me mira a los ojos y mueve sus piernas contra las mías. "Simplemente no quiero lastimarte. Esta herida me ha estado haciendo sentir como un bulto últimamente y no quiero ponerte todo eso encima."

Empujo con más fuerza contra su espalda esta vez hasta que su cuerpo descansa completamente sobre el mío.  "no lo harás y quiero que te quedes así, te lo dije, estoy aquí para cuidarte."

"No tienes que hacerlo."

No puedo con ella... cómo puede pensar eso?

"¿Cuántas veces tenemos que pasar por esto?" Pregunto con un suspiro. Saco mi mano de su espalda y la empujo ligeramente en el pecho. Le doy mi mejor sonrisa juguetona. "Me salvaste la vida le digo con un toque para enfatizar cada palabra. Por lo tanto... estoy eternamente en deuda contigo."

Por primera vez en mucho tiempo, esa sonrisa vuelve a la cara de Ana. "Eternamente en deuda" repite en tono altivo. "Me gusta como suena eso."

Le doy un fuerte golpe en el hombro y giro los ojos. "Vaya manera de matar el momento."