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Han pasado seis meses desde que salimos de esa isla.

Después del par de noches en que Ana y yo estuvimos juntas nos volvimos inseparables. Obviamente, ya no había necesidad de "pretender" estar enamoradas

No podríamos haberlo hecho ni aunque lo intentáramos. Estábamos real y verdaderamente enamoradas. No había nada que pudiéramos hacer para detenerlo u ocultarlo y tampoco queríamos hacerlo. Los otros chicos prácticame nos daban nuestro espacio cuando estábamos cerca. Ya no molestaron ni pelearon como desesperados para estar cerca de Ana, ella era toda mía.

Y vaya que si lo era.

No podía mantener sus manos fuera de mí durante la mayor parte del día, y cuando caia la noche, literalmente me llevaba arrastrando a una parte apartada de la playa donde me hizo cosas que ni siquiera sabía que eran humanamente posible

Ana nunca lo admitiria pero no creo que la haya satisfecho tanto como ella a mí.

Por lo general, aprendo bastante rápido, pero el sexo con Ana estaba en otro nivel para mí. Nunca antes había hecho el amor con una mujer, y no es exactamente que mi vida sexual antes de mi morena fuera realmente tan atrevida.

Ella me enseñó cosas que ni siquiera sabía que existían. Ella me hizo  sentir cosas que ni siquiera sabía que podía.

Lo menos que podía hacer era lo mismo por ella.

Intento devolverle lo que ella me da. Trato de hacerla sentir las cosas que me hace sentir, pero sé que no es lo mismo.

Estoy bien con eso.

Sé que ella me ama y sabe que estoy tan enamorada de ella.

Después de todo, hay más para amar a alguien además del buen sexo. No me malinterpreten, es una parte muy importante de nuestra relación, pero no es el pegamento que nos mantiene unidas.

Todavía no sé qué hice en mi vida para merecerla.

Supongo que ahora se preguntaran como salimos de la isla. Bueno unas dos semanas después de esa noche, por suerte algún pescador paso por ahí, estaba en uno de esos barcos  de pesca realmente grandes y resultó que estaban buscandonos en el área cuando los vimos.

Todos estábamos tan desprevenidos que nos tomó un tiempo darnos cuenta e intentar detenerlos.

Omar y el doctor nadaron tan lejos como pudieron y el resto de nosotros gritamos y saltamos e hicimos tanto ruido como pudimos.

Una hora después, estábamos todos a bordo del barco y de regreso a la civilización.

No puedo decirles lo increíble que se sintió tomar una ducha caliente y una comida decente.

Por supuesto Ana y yo ni siquiera tuvimos la oportunidad de adaptarnos a casa antes de que las calles estuvieran llenas de cámaras y reporteros gritando. Su seguridad hizo todo lo posible para mantenerlos fuera de nuestros rostros pero al día siguiente había unas fotos algo interesantes publicadas en las portadas de los periódicos y revistas de espectáculos.

La mayor historia fue sobre mí.

Naturalmente.

Todos querían saber quien era la castaña que "colgaba del brazo de Ana Gabriel y sin duda de su billetera"

Eso fue simplemente... perfecto.

Entonces no había duda de que mi familia lo iba a descubrir mucho más rápido de lo que había planeado.

Con Ella....Siempre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora