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Lo saludaban con respeto, algunos llegaban a ofrecerle comida, otros collares o pequeños informes sobre la caza del día, pero todos hacían lo mismo. Después de mirarle; susurrar. No importa cuanto diga que es un hombre, habrán quienes lo miren como mujer y duden de si de verdad encontrará a alguien que lo vea como él se ve

Y mientras Rikyo camina con una sonrisa en su rostro, en su mente se vuelven a tejer las mismas preguntas, no duda que liderará como es debido, vive para eso pero  ¿Es acaso tan horrendo el pecado de nacer como él?

¿Cuánto más tenía que hacer para que todos estén seguros de quién es? Puede que su cuerpo muestre algunas cosas que no son, pero él más que nadie sabe lo que es. Un hombre  

- Hola -su voz lo saca de su mente para que lo mire, despertandolo de sus pensamientos para encontrarse con su rostro alegre y brillante 

- Oh, Neteyam -dice Rikyo parando su andar, mirandole desde arriba 

- Al muelle ¿no? -pregunta poniéndose a su costado, pensando en el tiempo que pasarían juntos. Ellos dos, y que posiblemente, estén solos

- ¿Por qué? ¿Nervioso?

- Un poco, si -responde sin pensar mientras mira con mucho más detenimiento el alrededor- Más bien es por mis hermanos, no quiero que les pase algo mientras aprenden -Tratando de justificarse a último momento, toma de sus cabellos con algo más que solo un nerviosismo por sus hermanos 

- Tranquilo, estarán bien. Soy buen maestro -explicó nombrando como había enseñado a nadar a pequeños, vio los lazos que se formaban entre navis y criaturas. Que el proceso es tan hermoso como ver crecer una flor y cultivarla día tras día, un procedimiento sagrado de lo que signfica la vida 

- Entonces tienes mi vida en tus manos -soltó sin pensar- Ah, no, bueno ...

- Cuidare bien de ella -interrumpio mientras le miraba con una pequeña sonrisa

𓆉

-Lo siento, no entiendo lo que me dices -explicó Neteyam al mismo tiempo en el que limpiaba sus ojos y controlaba su respiración-

- Es una lengua de señas, tranquilo, te enseñare -respondió Rikyo mientras tomaba la mano de Neteyam

- Vamos a enseñarles -corrigió Ao'nung quien veía al par de forma sospechosa

Tomó a su hermano de su brazo y lo alejó del Navi con cautela, por más que proteja a su hermano de las burlas de sus propios amigos. Muy dentro de él, pensaba que esa parte de su hermano podría sobresalir. Eso que le "quita" lo hombre 

- Si por favor, ustedes van muy rápido -la voz de la más pequeña de la familia interrumpió los pensamientos de Ao'nung, pensamientos los cuales le hacían sentir incómodo

- Bueno ya, después de esto sabemos en que partes debemos prestar más atención ¿No? -Tsireya con una sonrisa mientras se ponía en medio del par de hermanos y alejaba a la pequeña de estos. No entendía la situación o porqué su hermano trataba al otro como la tratan a ella, pero tampoco quería pensar mucho en eso

- Tienes razón, lo mejor será ir con los ilus entonces -propuso Rikyo- Ao'nung ve por la comida de los ilus, yo y Tsireya los llevaremos ¿Si? Rápido que no tengo todo el día -ordenó sin esperar una respuesta antes de meterse en el agua, causando una pequeña risa por parte de su hermana

"¿Te estas vengando?" preguntó ella en su lenguaje de señas con confianza pues quienes los seguían no lograban a entender y tampoco estaban a una distancia cercana

Cuando No queden Lágrimas Por ContarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora