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Los dos sentían algo que trataban como un secreto, pero guardarlo por tanto tiempo solo sería algo de lo que se lamentarian constantemente en cada noche, aveces la cobardía puede sentirse segura y asfixiante al mismo tiempo

Pov:

- ¡Neteyam! -Gritaste mi nombre corriendo hacia donde estaba, tenías esa sonrisa cálida de siempre que hacían sentir de nuevo el cosquilleo en mi pecho- Buenos días, disculpa por no verte antes. Estaba ocupado viendo la caza semanal y a las recolectoras

Te excusaste con el rostro más sonrojado que de costumbre, no te habías trenzado y todos tus cabello bailaban con el aire a excepción de una única trenza que estaba decorada con esa mariposa que te di hace un tiempo. Explicabas tu atareada mañana, aunque sé que quizás y estés mintiendo, en mi cabeza solo podía ver tu rostro tierno, sonriendo para alguien más. Ahora era ella quien ocupaba todo tu tiempo

- Si no tienes nada más que hacer -digo de forma inesperada, cortandote a plena oración- Vayamos por ahí a perder el tiempo ¿Si?

No me respondiste pero tu mirada juguetona y sonrisa de cómplice me bastaron para tomarte de la mano, pensé en ir donde siempre, pero de nuevo tu tomaste la iniciativa y jalaste de mi cuerpo con delicadeza para llevarme nadando a un pequeño escondite

- Hace tiempo que no venía aquí

Una pequeña isla, llena de plantas y frutos que serían suficientes si alguien se quedase varado, en la orilla habían mantas y juguetes viejos, sucios con la arena por el paso del tiempo, junto a una pequeña casita en la que ahora. Ya nisiquiera se pudiese meter la cabeza

- Estoy un poco irritado hoy. ¿Sabes? -comienzas a decir, espero y toques el tema del que todo mundo habla esta mañana- Hay un rumor estúpido por allí

- Si, yo también lo escuché -continuo y con confianza muestro mi molestia, mi incomodidad como si ambos supiéramos que solo estamos el uno para el otro-

- Han pasado ciertas cosas últimamente -entras con dificultad a una pequeña cueva, tarareando y sacando de este una caja pequeña- Hubo un tiempo en que mi padre tomaba demasiado de esto, y lo oculte aquí

- ¿Eso es licor?

Esto era nuevo, incluso para ti, quizás y sean demasiadas las ganas que tienes por salir de esta realidad

- Mi cabeza no ha dejado de dolerme desde... ¿Siempre? -Saca de esa caja una botella no tan grande, pero llena y sellada minuciosamente- Supongo que ahora entiendo a mi padre

Miré la botella detenidamente, pensando en ese pequeño "tu" nadando hasta aquí y ocultándolo con inocencia

Pero, ahora, con tus nuevos ojos tu la veías como un escape de la realidad

Me pides desatarla, y yo como nunca podría sacarte la contraria, lo hago sin replicar. También tenía una sensación de curiosidad, quizás y lo hacía para también tomar las fuerzas necesarias y mostrarte mi corazón

Inició como risas, juegos o simplemente dos idiotas viendo atentamente las estrellas en el cielo hasta que, sin notarlo me quedé mirándote siendo solo tu, mirando como ríes, como hablas, como lloras y te ocultas en mi pecho como si fueras solo un bebé que necesita cariño

Lo siento, pero esa tarde no te escuché como es debido

Levanto tu rostro, estas confundido y aún medio ido, sin importar que tratabas de enderezarte, y fallando a toda mi moral, por fin pude besarte. Sentir tus labios cálidos y temblorosos, tu rostro ardiendo en mis manos y tu cuerpo tan cerca del mío como siempre había soñado

Pero ese sueño se vio interrumpido en cuanto me golpeaste para alejarte

- ¿Qué haces?

Pregunta, rompiendo mi corazón en pedazos, con una mirada asustada, confundida. Lamento haberte causado más dolores de cabeza

Cuando No queden Lágrimas Por ContarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora