El amor no estaba hecho para mi. Ni familiar ni referido a una pareja.
Mi nombre es Heather, y no se mi apellido ni si quiera si ese es mi verdadero nombre. Acabo de cumplir 18 años y me echan de este orfanato de mala muerte. Tengo unas amigas aquí, pero quiero salir de aquí para encontrar a mi familia.
Estoy detrás de la mesa de la secretaria, Frankie, la cual tiene todos lo papeles sobre mi, vamos lo que saben. Ahora es la responsable de sacarme de aquí y metrme en un trabajo.
-Un minuto-anuncia buscando unos papeles. Me hubiera gustado ir a la universidad, pero no tengo el dinero suficiente.
Se abre la puerta de la sala y entra Ingrid, mi mejor amiga, con la respiración agitada.
-No te ibas a despedir, ¿verdad?-se sienta en la silla que hay junto a mi y la miro.
-Me has pillado-me encojo de hombros y se ríe. Auqneu en realidad puede ver en su rostro que esta muy triste.
-Bueno Heather, es hora de que te marches.-anuncia Frankie rodeando la mesa y me levantó para abrazarla.-Te vamos a echar mucho de menos.
-No todos.-aseguro y oigo un sollozo de Ingrid. Me separó de Frankie y me acerco a ella.
-¿Sabes? Nos vamos a ver muy pronto.-le digo abrazándola. Estamos así unos minutos y luego me separo de ella.
Cojo las maletas que están en la puerta y ellas me ayudan.
-Os llamare en cuanto llegue allí, lo prometo.-llegamos a la entrada del orfanato y dejó caer un momento las maletas.
-Mi hijo te quería... Ver-me dice Frankie quitándose una lagrima de su rostro. Al final yo también voy a llorar. Pero ya no me quedan lágrimas.
-Es una pena, yo a el no-suspiro y toco mi cuello.
El collar.
Me lo quito y se lo tiendo a Ingrid.
-No, ni de broma. No lo pienso aceptar, es muy importante para ti.-niega con la cabeza, pero cojo su mano y se lo pongo en la palma. Hace un puño y solloza más, drñerramando más lágrimas.
-Ven aquí-abro los brazos y se me echa encima.
-Te quiero mucho, Heather.
-Yo también te quiero.-y una lagrima sale de mi ojo.
Me separo de ella, aunque parece tan frágil...
Cojo mis maletas y me despido con una mano. El taxi esta aparcado fuera del recinto.
Soy libre. Libre para hacer salgo ahí fuera y buscar información sobre mi familia. Este año trabajaré duro para que el año que viene ir a la universidad y hacer una carrera.
Miro el orfanato por última vez, recuerdo el día en que me llevaron al internado y de allí aquí.
Todo empezo una mañana de verano. Tenía 4 años y estaba jugando con mis muñecas.
-¡Heather!-grita mi hermano entrando al salón. Venía corriendo- Tenemos que irnos. Vamos, levanta.-me coge del brazo y me levanta de un tirón.
-¿Que pasa?-pregunto mientras cruzamos por el pasillo y salimos a la entrada de la casa.
-¿Recuerdas que jugaba a un juego en mi consola?-asiento-Pues esto es igual, tenemos que correr.
-Vale. ¿Pero papa y mama?-me giro para ver la casa donde vivo y oigo dos disparos. Me asusto.
-Están bien. Es un juego.-me dice y corremos hasta llegar a la salida del pequeño pueblo.
Estuvimos andando por la carretera hasta llegar a un edificio bastante grande. Nos dirigimos a este y miro a mi hermano, tiene cara de preocupación.
Estamos en la entrada del edificio y mi hermano se pone en frente mío.
-Toma-se quita el collar de su cuellos y me lo da.-Es para ti.-me lo pone en el cuello y lo miro.
-Es bonito-sonrio. Pero en cuento digo esto alguien me agarra por detrás y me tapa la boca. Mi hermano no se mueve, sólo veo una lagrima caer de su rostro. Me dice adiós y me llevan dentro a la fuerza.¿Como iba a saber yo que el juego era yo? ¿Que era una amenaza para mi familia?
Cometí el gran error de empezar a buscarles. Ese fue mi gran error.
Y otro enamorarme de el.Ojalá hubiera nacido muerta. Como ellos deseaban.
"Y era el ojo del huracán, todos la querían, pero sólo para ver quien era el primero en matarla..."
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Young Blood [h.s.]
FanfictionNunca pensé que iba a ser un amenaza. Quería complacerme, acercarme a ellos... Pero ese fue el error que cometí. Creía que iba a ser sencillo, los encontraría, pasaría el tiempo perdido y seriamos felices. No dí con algo. Podría ser todo lo contrari...