CAPÍTULO 21:

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En el ultimo año en UA, Denki tomó la decisión de confesarse a Eijiro Kirishima, ese hombre que siempre estaba ahí para darle señales de vida, aquel que sabia cómo reanimarlo con una simple sonrisa y un choque de puños

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En el ultimo año en UA, Denki tomó la decisión de confesarse a Eijiro Kirishima, ese hombre que siempre estaba ahí para darle señales de vida, aquel que sabia cómo reanimarlo con una simple sonrisa y un choque de puños. Grande fue su sorpresa, cuando Eijiro aceptó sus sentimientos, iniciando una relación amorosa, el poco tiempo que solía compartir con el peliteñido era ameno y  emocionante, hasta que conoció la pena o tabú en Kirishima sobre el sexo.

Era confuso pensar en un alfa que tuviera esa clase de pensamientos pulcros, donde respetan hasta el matrimonio y está sobre consiente a los riesgo. Claramente no lo culpó ni burlo, respetó su decisión, pues la moral firme del hombre no era cuestionable, pero siendo realistas Denki estaba que se quemaba por dentro. Eran jóvenes, existía el lívido, debían disfrutar el momento corriendo riesgos, a Denki le gustaba bastante Eijiro, tenía un gran deseo por él, más cuando ya habían cumplido el año y no sucedía nada. Sin embargo, eso no lo flaqueó, porque seguía queriéndolo a pesar de ya vivir juntos y no iniciar una vida sexual como pareja.

Al cumplir los cuatro años de novios, decidieron consumarse en sagrado matrimonio, aquel hombre con el que compartió cuatro años de vida, ahora formaría parte de toda su vida, pero eso, sólo le atrajo la idea de la posibilidad de que a su esposo le repugnara la idea de meter su miembro en una cavidad. La cual inició, cuando se percató que Eijiro solía tener mareos, arqueadas o hasta desmayos cada vez que solían intentar hacerlo. Actos que comenzaron a preocuparlo, más que preocuparle, le incomodaba. Le incomodaba haber vivido años de su vida jurando quererlo cuando ni logra con ojos de deseo, y más cuando Eijiro siempre actuaba como si nada hubiese sucedido, creándole más incomodidad.

Sin embargo, la primera noche de luna de miel en su apartamento, la forma tan feroz y salvaje en que Eijiro lo tomó le hizo olvidarse de la idea, era la primera vez en años que se sintió como la puta más satisfecha. Eijiro en una noche, logró hacer lo que sus dedos y otra persona más en su vida sexual no lograron hacer. Para su fortuna, solo sucedió esa noche, porque después regresó a las sombras del desorientado Bakugo. Tras su accidente meses atrás, las cosas cambiaron notoriamente. Su esposo era quien corría con todo el peso de ayudar a su mejor amigo con gastos y ha estar con Midoriya ante su embarazo, volviéndose una compañía vaga, por esa misma razón,  decidió acompañar a su esposo en la travesía... en las buenas y en las malas.

Al nacer y conocer a Sayumi, su corazón blando no soportó con la irradiación de paz que contrajo. Era tan hermosa, que él mismo se encargó de ocupar la responsabilidad de su cuidado cada que Izuku solía salir, con sólo ver sus ojitos y sus pucheros era capaz de caer en una emoción interna, fue ahí dónde surgió la posible idea de un cachorro.

Tal y como solía decir su madre: "Un bebé será el comienzo de cosas maravillosas; esperanzas, sueños, posibilidades y un amor infinito. Un bebé llegaría a reinar su corazón, ha alegrarle sus días y restarle pesar".

Oxitocina / ᴷᵃᵗˢᵘᵈᵉᵏᵘ /Donde viven las historias. Descúbrelo ahora