diez

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Alicia Os
Pase todo el día pensando en su propuesta.Apenas llevaba un mes en la universidad. No tenía ningún tiempo de experiencia laboral. Había muchas cosas que podían salir mal.

Yo no era lo suficientemente buena, seguramente terminaría haciendo el ridiculo si aceptaba. Yo no era lo suficientemente buena para eso.

Mi última clase termino y ya podría irme a mi casa a seguir pensándolo. Salí del aula y me dirigí al estacionamiento, pero antes de que llegara una notificación apareció en mi Apple Watch.

Kevin Alvarez
Ya saliste de clases guapa?.-1:28 p.m

De inmediato me sonroje y tome el celular para responder. Desde nuestra salida de ayer no habíamos vuelto a hablar para nada.

Acabo de salir Kev.-1:28 p.m

Y lo envié, unos segundos después llegó su respuesta.

Puedes venir a los árboles? Quiero verte.-1:29 p.m

¡Quería verme!

Sin dudarlo le respondí que si y cambie de dirección. Segundos después llegue pero no veía al pelinegro por ninguna parte.

—Ahhhh.—unos brazos de enredaron en mi cintura provocando que pegara un grito.

—Hola guapa.

—Keviiin, me espantaste.—puse una mano en mi pecho sintiendo los latidos de mi corazón volverse locos.

Escuché su preciosa risa seguido de un beso tronado en mi mejilla.

Lentamente me voltee y lo abrace.

Duramos unos segundos en esa posición hasta que me separe, pero ahora nuestras manos estaban tomadas.

—¿Como te fue hoy en clases?.—me pregunto.

—Muy bien, estuvo tranquilo. ¿Y tu entrenamiento?.

—Cansado, pero bien.—respondió.

Nos quedamos unos segundos en silencio hasta que recordé lo que había pasado en la mañana.

—Me ofrecieron un trabajo.

—¿Ah si? ¿Donde?.—pregunto interesado.

—Con los tuzos.— solté con tranquilidad.

--¿!QUE, COMO?!.— su voz se alzó y me miró con sorpresa.

—Me ofrecieron ser periodista y de las cosas de publicidad.— explique

Sus ojos se mantuvieron muy abiertos, y luego sonrió haciéndome sonreír también a mi.

—Y aceptaste, ¿cierto?.

Mi sonrisa se desvaneció lentamente cuando recordé todos los pensamientos negativos que me inundaron.

—No lo se aun, no estoy convencida.

—¿por qué no? Es una gran oportunidad.

Inconscientemente mordí mi labio inferior y comencé a mover mis piernas.

—Es que...me da miedo fracasar.

—El miedo es para los débiles precisos.—tomó mi mejilla y levantó mi rostro haciendo que lo viera a la cara.—Y tú eres una chingona Alicia, yo se que tu puedes. Eres capaz de eso y más.—me acaricio.

Mis ojos se cristalizaron al escuchar sus palabras, no recordaba la última vez que alguien me había dicho esas palabras.

Mis dientes se aferraron mas a mi labio inferior y en ese momento la mano pasó de mi mejilla a mis labios.

Soltó el labio de mis dientes posando su vista en ellos. Luego, pasó a mis ojos y de nuevo a mi boca.

—Kev...—susurre.

—Acepta, Alicia.-susurro de vuelta dando un paso hacia mi.

Me sentía como hipnotizada con su mirada.

Remojó sus labios con su lengua y sentí mi boca hacerse agua.

La tensión estaba matándome.

Pero no tuve que esperar más, pues en ese momento su mano se posó en mi nuca y sin dudarlo pegó sus labios a los míos una vez más.

Kevin Kevin, cuánto amaba tus labios.

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