dos

983 54 3
                                    

Alicia Os
Me levante del suelo y talle mis ojos para ver quien me había hablado y luego de unos segundos pude obsérvalo con claridad.

Era un muchacho más grande que yo, alto y castaño. Traía unos shorts deportivos azules y una simple playera blanca, y además de eso, lo que me llamó la atención fue el balón que cargaba en brazos.

Sabía lo que era un balón, lo había visto miles de veces en televisión pero nunca lo había tenido de frente. Mis papás ademas de odiarme a mi odiaban todo lo que tuviera que ver con los deportes y el aire libre. Lo único que teníamos permitido hacer era leer y jugar juegos educativos para "ejercitar el cerebro" decía mi madre.

Entonces, el tener un balón frente a mi me emocionaba tanto que hasta había olvidado el mal rato que había pasado.

-Niña, ¿estas bien? ¿Si sabes hablar?.-el Niño que estaba conmigo chasqueo sus dedos frente a mi rostro para que reaccionara.

-¿Me prestas tu pelota?.-fue lo primero que le dije. Ni si quiera había contestado su pregunta inicial.

-¿está?.-tomo el balón entre sus manos y lo acercó a mi.

Emocionada asentí y se lo arrebate.

-Oyeee! Es mío tonta.-aquel desconocido elevó su voz e intento quitármelo de vuelta.

Mis ojos se llenaron de lágrimas una vez más al escuchar su tono de voz.

-No no, no llores, toma.-Lo volvió a colocar en mis manos y me vio preocupado.

Me limpié la nariz con la palma de mi mano y luego limpié mis lágrimas.

-Gracias.-le agradecí en voz baja y comencé a examinar el balón.

-¿Nunca habías visto uno o qué?.-la voz del desconocido seguía siendo tosco pero ya no sentía que me estaba regañando, parecía realmente curioso en mi.

Negué con la cabeza y puse el balón en el suelo.

-Mis papas no me dejan.-respondí.

Escuché como el niño chisteo y me miro todavía más extrañado.

-¿No te dejan ver un balón?.

-No me dejan tener uno, no les gusta.-respondí en voz baja pensando si debería patearlo o no.

Mi corta pierna comenzaba a balancearse por el suelo dudando de lo que tenía en mente.

-Puedes patearlo si quieres.- levante la mirada del suelo para poderlo ver a la cara.-Te lo presto.

Parecía hablar en serio. Me voltee rumbo a la casa para asegurarme que ni mis padres ni mis hermanos se encontraban cerca y lentamente estiré mi pierna hasta que chocó con el balón que avanzó unos cuantos centímetros.

El Niño que me acompañaba estalló en risas al verme patear, voltee hacia el para enfrentarlo por haberse reído de mi pero no pude aguantarme y terminé riéndome junto con el.

Su risa era demasiado contagiosa. Y hasta ese momento le daba cuenta de lo bonito que era aquel Niño.

-No, mira, tienes que pegarle con más fuerza.-me empujó con cuidado y me animo a pegarle otra vez.

Tome más impulso y patee con todas mis fuerzas logrando que este se fuera hasta el otro lado de la calle.

-Yeyyy!!.-comencé a brincar feliz en compañía de mi nuevo amigo.

-¿Y como te llamas, niña?.

-Me llamó Alicia, ¿y tu?

-Yo Kevin

-Yo Kevin

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Posiblemente amantes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora