Esa noche no había dormido casi nada. Estiré el brazo para coger mi teléfono móvil y fui directamente a Whatsapp para ver si había señales de Jake.
Nada.
También abrí Instagram para ver la publicación que había subido la tarde anterior. Tenía dos cuentas de Instagram: una para mis encargos de fotografía y otra personal que estaba bastante abandonada.
En la cuenta profesional ya tenía en un mensaje directo un nuevo encargo para hacer un reportaje de boda en un pueblo cercano. Los novios me escribieron histéricos diciéndome que el fotógrafo que tenían contratado les había dejado tirados y que me pagaban mil doscientos si decía que sí ya.
<<¡Genial!>> dije mientras me levantaba de la cama de un salto. Con este dinero puedo tirar durante un tiempo si decido irme de Duskwood o si, por el contrario, decido quedarme, podría buscarme algo por mi cuenta. No quería abusar de la hospitalidad de Jessy y, además, a mí me gustaba mucho ser independiente.
En la cuenta personal había subido la foto del grupo mientras nos estábamos comiendo el delicioso pastel de Cleo. Sin embargo, yo no era una persona que utilizase mucho las redes sociales, para mí eran un medio de publicitarme como artista nada más, pero subí esta foto por si Jake revisaba mi perfil supiese que estoy en Duskwood.
Me apenaba la idea de que hubiesen atrapado a Jake, pero otro pensamiento me causaba más terror: ¿y si ha conseguido escapar y deliberadamente no ha querido contactar conmigo? Esto rondaba por mi cabeza cada vez con más frecuencia. Me sentía traicionada y patética. Muy patética. Pero luego aún me sentía peor por malpensar así de Jake.
Abrí el armario para sacar unos vaqueros desteñidos y una camisa gris con unas rayas negras muy finas, si iba a ir a Alan quería mantener un perfil bajo y no llamar la atención. Siempre había pasado de las primeras impresiones y toda la psicología del lenguaje corporal, pero sabía que la policía se fijaba mucho en ese tipo de cosas.
La habitación que Jessy me había prestado era algo pequeña pero muy coqueta: las paredes eran de color melocotón y la madera de los muebles era de roble blanco, todo ello hacía un hermoso contraste con la colcha rosa clara de la cama. En una de las estanterías había algunos libros y varias figuritas de monumentos emblemáticos de todo el mundo.
<<Seguro que Jessy se muere por viajar por todo el mundo>> pensé mientras una pequeña sonrisa se dibujaba en mi rostro. Ella era una persona muy amable e inocente y eso me gustaba. Su sonrisa tenía un extraño poder sobre mí, me hacía sentir bien.
En la pared contraria a la estantería con las figurillas había una pequeña cómoda y encima un espejo. Sobre el mueble dejé un pequeño neceser con mis cosas de maquillaje y aseo personal. Me miré en el, arreglando mi pelo y poniéndome un poco de maquillaje. Así como la ropa, opté por un maquillaje discreto. Hoy no era un día para llamar la atención.
Eche un último vistazo a mi reflejo, la verdad es que no me había fijado en que mi melena, larga y ondulada, había crecido mucho. <<Seguramente deba cortarla pronto>> me dije eso, sonreí a mi otra yo y salí de la habitación hacia la sala de estar.
-Buenos días, Jessy. ¿Qué es eso que huele tan bien?
-Tostadas con jamón ahumado y huevos- contestó sonriente la pelirroja llevando los platos a la mesa-, también he preparado un café especial que tiene Phil en el bar. Tienes que tener el estómago lleno para hablar con la policía y pensar bien.
Me senté en la mesa a comer el desayuno que preparó Jessy y, aunque se le quemaron las tostadas un poco, la verdad es que estaba muy bueno.
-Sin duda es el mejor café que he probado nunca- dejé la taza en la mesa mientras aún disfrutaba del sabor-. Phil tendrá que invitarme a un par de estos cuando reabra el Aurora.
ESTÁS LEYENDO
Duskwood: Rainbow case.
Mistério / SuspenseErica Walter (Mc) es una joven que, debido a una casualidad, descubre que no se le daba tan mal eso de resolver misterios e intentará ayudar a los demás pese a tener un secreto. Uno que ni el propio Jake logró descubrir. Su pasado siempre le estará...