Capítulo 24: Olor a lavanda

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JAKE

-¡¡¡Jake!!!

Erica interrumpió en mi habitación, abriendo la puerta de un trompazo sin llamar. Me incorporé de golpe y ella se lanzó a mi cama, tenía la voz temblorosa.

Encendí la luz de mala gana, pues la habitación no tenía ventana y estaba completamente a oscuras, solo la luz que entraba por la puerta y la que desprendía el teléfono de Erica la iluminaban.

-Jake... S-se trata de Rainbow, hemos hablado y...-Erica dejó de hablar de repente y se fijó en mi cuerpo, ya que solo dormía con ropa interior. Me ofreció el móvil, estaba más roja que un tomate-. L-la alerta de Nym-Os se ha activado, rechacé la amenaza pero no sé si ha accedido o no...

Erica se levantó, sus movimientos eran torpes y eso me gustaba en cierto modo. En cambio yo, lejos de sentir incomodidad al estar casi desnudo frente a ella, estaba sereno, no era alguien que perdía la calma fácilmente. Imagino que los cuatro años huyendo de mis perseguidores me habían afectado.

-Voy a cambiarme -Erica volvió a sonrojarse al ver mi torso-, ve al salón y enciende mi equipo.

Erica asintió y salió corriendo, notaba ansiedad en sus gestos. Me puse lo primero que vi y rápidamente fui al salón.

-¿¡Qué son esos gritos de buena mañana!?

-James no contribuyas al caos gritando tú también -dijo el agente González saliendo de su habitación- ¿Qué es lo que ha pasado?

Erica se expresaba de forma lenta y entrecortada, me incomodaba que los agentes no la dejaran espacio ¿No veis que está asustada? Pasé la mano por mi pelo e intenté concentrarme en mi tarea, no teníamos tiempo e íbamos a contrarreloj.

-Parece que no ha accedido al teléfono de Erica.

Nadie me contestó y los agentes siguieron bombardeando a la castaña con preguntas.

Estaba buscando en el código que dejó Rainbow alguna pista, cuando hackeas te puedes volver vulnerable escribiendo el lenguaje ¿Cómo puede ser que no haya encontrado algo útil todavía? Había conseguido hackear uno de los bancos más importantes del país y, sin embargo, me estaba costando dar con Rainbow ¿Tan bueno era? Solo quería dar con él, esto iba más allá de mi orgullo informático, era por Erica.

-¡Es Agatha! -exclamó entre lloros.

Me giré hacia ellos y tenían a Erica sentada en el sofá mientras los dos agentes estaban de pie. La tenían acorralada.

Solté un chasquido con la lengua y me levanté de la silla, dejando todo lo que estaba haciendo para ir con ella. Me daba repulsión la actitud de los agentes hacia Erica, pues estaba atravesando por una auténtica situación de estrés y ellos sólo lo agravaban. No es por lo que siento por ella, es más una cuestión de ética: lo que estaban haciendo no era correcto.

Aparté al agente James y reparé en Erica: estaba blanca y un río de lágrimas brotaba por sus ojos. Me acerqué a ella y, poniéndome de cuclillas para estar a su altura, la tomé de las manos. Estaba temblando. Quería decirle algo para tranquilizarla pero no pude, ver a Erica así me sorprendió.

-L-la pista es por Agatha -se calmó un poco al notar mi tacto-, el color púrpura lo demuestra.

-El anterior mensaje de Rainbow también estaba escrito en violeta ¿Cierto? -añadió James.

-Violeta y morado no son lo mismo -la mirada de la castaña se volvió más dura, aún en ese estado le plantaba cara al psicópata, cosa que me causaba cierta gracia.

-Eso son cosas de chicas, el caso-

-Menos mal que no se dedican a pintar ni al arte en general... -Erica se atrevió no sólo a interrumpir al agente González, si no también a reprenderlo. Me gustaba su carácter fuerte.

Duskwood: Rainbow case.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora