La luna se ve hermosa esta noche, al igual que tu pequeña Flor

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Emily 

Ya han pasado dos siglos desde que Christian y Antonia murieron, en todos estos años no eh dejado de culparme por lo que les pasó, doscientos años y sigo con la culpa de la muerte de mi mejor amigo, de la señora Antonia y de lo que Kraven me hizo, él me hizo sentir culpable por mostrar mi cuerpo sin ningún cuidado cuando mi ventana no estaba cerrada

—Sabes que no fue tu culpa, deja de decir eso Emmy—Denuevo escuchaba la voz de David en mi cabeza, y  está vez no lo quería ignorar... me la pase ignorándolo por más de dos siglos y ya no lo quería hacer.— Se que te culpas, pero eso es culpa de Viktor y todo su odio hacia ti y tu familia 

—Ya se que no es mi culpa, pero ellos me hicieron sentir culpable, Kraven me toco mientras estaba débil sin forma alguna de defendedme de él, Viktor mató a mi mejor amigo justo frente a mi y no tuvo remordimiento alguno.— no pude contenerme, las lágrimas comenzaron a salir sin control—Mi cuerpo está lleno de marcas, las mismas que me servirán de recuerdo para ya no volver a mostrar mi cuerpo, pero... eso es lo que más amo de mi.

—Entonces no le tengas miedo a Kraven, muestra lo que tu quieras, toda tu vida has estado rodeada de hombres que sirvieron a Viktor; y todos te protegerán de ellos si vuelven a aparecer hasta yo te protegeré de esos moustros inmortales— su voz comenzaba a relajarme mucho, quería dormir con la certeza de que él estaría conmigo cuando despertara, pero eso sería imposible.

—Para mi es imposible no temerle a Kraven, me hizo mucho daño  y no creo poder olvidarlo fácilmente.

—Y no te digo que lo hagas, simplemente que aprendas a vivir con el dolor de todo el mal que te pasó, me siento mal por no haber estado ahí para protegerte, pero se que tu familia lo hizo y eso es lo que me hace sentir un poco mejor. 

—Me gustaría poder verte, aunque sea una sola vez, pero quisiera verte, siempre eh tenido ganas de abrazarte.

— Un día lo lograras pequeña Flor, un día lo lograras.

No sabía el porque se escuchaba tan confiado al decir eso, pareciera que en verdad lo vere algun día, y espero que eso si suceda, ese día mi sueño se ara realidad.

—¿En que tanto piensas?— no supe en qué momento me quede viendo a la nada, mi mirada estaba fija en la ventana y cuando vislumbré una silueta mi pulso se aceleró de sobremanera, esa era la silueta de Kraven.

—D- david— mi miedo aumentó cuando note que se acercaba a mi casa— Kraven está afuera de mi casa, y se está acercando muy rápido—cuando termine de hablar sentí una mano alrededor de mi cuello.

—Te dije claramente que no hablaras con nadie de mi—hablo en mi oído mientras apretaba más su agarre— Cuando entenderás que ya eres mía y nadie te puede alejar de mí— me daba asco escuchar su voz, tenerlo cerca era lo que más me repugnaba.

—Y... ¿qué me harás?, ¿violarme?, no, eso ya lo hiciste.

—Te hare muchas cosas, para que te quede claro que tu me perteneces—dijo pasando su mano libre por mi clavícula, seguido de la unión de mis pechos,—¿qué te parece una cicatriz justo aquí?— su mano se quedó quieta en mi abdomen, siendo sincera estoy muriendo de miedo, pero juraría que David me ayudaria.

—Alejate de ella de una vez, no quiero meter a una especie en guerra solo por ti—escucharlo me devolvió un poquito de paz, David vino a salvarme, y justo despues me percate del olor de mi padre y Raze acercándose a mi habitación.

—O ¿qué?, ¿que me puede hacer un humano cualquiera?—no pude evitar reír y tratar de quitar su mano de mi cuello—¿que es tan gracioso Emily?—escuchar mi nombre salir de su boca me hizo sentir asqueada.

Mi vida con los LYCANSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora