Mi vida con los LYCANS

Todo tiene consecuencias Emmy

Emily

Desperté en una cama que no era la mía y pude sentir el olor de Michael a mi lado, su mano estaba en mi cintura y yo estaba recostada en su pecho, para mi sorpresa estaba desnuda al igual que él y al sentir el hedor de sexo en todo el cuarto recordé todo lo que paso, me lamente no haber tenido todo el control de mi cuerpo, odiaba que las hormonas tomaran el control, pero realmente no me arrepiento de nada, lo único que si me preocupaba era que no recuerdo que Michael usara protección, pero realmente esperaba que no pasara nada, no quiero tener un hijo, no en este momento, escuche las manecillas del reloj de Michael que estaba en su mano izquierda que estaba en mi cadera, cuando quise removerme para tomar su mano y ver su reloj el me abrazo más fuerte pegando a su cuerpo y mi mano callo justo en su abdomen, al ver que no se despertó pude ver mejor su reloj ya que su mano la subió más a mi cintura, eran las 22:30 de la noche, dormí mucho pero decidí quedarme un rato más junto a Michael, él dormía plácidamente, quería salir de la cama, pero al despertarse pensaría que solo lo quería para pasar una noche y eso no es verdad. Me puse encima de él y comencé a darle besos por toda la cara, cuello y pecho, sentí como sus manos rodearon mi cintura y comenzó a despertar con una gran sonrisa.

—Si tuviera que despertar así todos los días seria muy feliz, pero más si la que me despierta eres tú— habló aun con los ojos cerrados, para después dejarme abajo de él.

—A mi me gustaría despertarte así más seguido, pero tu trabajo lo impediría y muy pronto mis estudios también—dije para después darle un casto beso en los labios que poco a poco se volvía uno más apasionado, no quería que las hormonas tomaran control otra vez, pero el que Michael ahora besara mi cuello no me ayudaba mucho. —Michael por favor para—hablé claro, en el fondo no lo quería detener, pero realmente seguía agotada por lo de hace unas horas, pero al parecer el no.

—Está bien linda, ¿no te lastime?—me parecía muy tierno que se preocupara por mi, pero si me lastimaba sanaría al instante.

—No, no me lastimaste, estoy perfecta... solo tengo una duda.

—¿Dime pequeña?—enserio quería que me dijera que si utilizo protección, no me puedo enfermar como los humanos de infecciones de transmisión sexual, pero si puedo embarazarme y eso me aterraba.

—¿Utilizaste protección hace unas horas?— al parecer mi pregunta lo dejo helado pues en su rostro había rastro de duda, al parecer era cierto que no usamos condón,— por favor Michael, no me mientas.

—No, ¡olvidé por completo utilizar condón!—dijo bajo pero parecía sorprendido.— Lamento eso linda, enserió... creo que tengo una pastilla de emergencia, siempre tengo una conmigo por si a un amigo se le olvida o no tiene el dinero suficiente para que se la consiga a su pareja— habló rápido, me sentía importante para él y eso me hacía sentir bien, pero estaba segura de que esa pastilla para humanos no haría efecto en mi de forma "común", si no que solo retrasaría un poco el lograr quedar embaraza.—Ten linda, toma esto de una vez— dijo ofreciéndome una pastilla y un poco de agua, no me negué a tomarla, después de todo yo también tuve la culpa de que el preservativo no fuera importante.

—Creo que la culpa de que se olvidara también fue mía, pero no me arrepiento de nada—declare para darle un beso en el cuello.

—¿No que tenemos que parar?—habló con voz burlona cerca de mi oído.

—Bien, iré a cambiarme para que puedas hacerlo tu también—dije comenzando a buscar mi ropa, mi falda, botas, mi sostén y las medias estaban aquí, recuerdo que aquí también estaban mis bragas.— Cariño, ¿donde están mis bragas?, recuerdo que estaban por aquí.

—Están guardadas, ahora son mías, me encantaron, así tendré un recuerdo de ti en mi departamento—habló abrazándome por la espalda y pegándome a su pecho.