TRES

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La primera semana de vacaciones, para Liliana fue de paz. Tenía demasiado tiempo para leer, escuchar a sus bandas favoritas, y lo que más aún le agradaba, más tiempo de soledad. En la escuela no lo podía lograr porque habían personas. Ella no odiaba a las personas, pero se le hacían demasiado atósijantes, es por eso que los recesos y horas libres se la pasaba sola. De vez en cuando, Gustavo, un chico de su clase; estaba con ella, pero en realidad para ella era incómodo. Nunca le había dicho nada a Gustavo, para no herir sus sentimientos, pero él le parecía un poco extraño. De lo único que ellos dos podían conversar era de los trabajos de clase.

Para Liliana era muy díficil entablar una conversación. En realidad no entendia porque con Gustavo podía hacerlo de vez en cuando, la única persona con la que podía después de la muerte de su padre y su hermano, era su abuela. Pero desde que se fue a vivir a Ingleterra, es muy poco el contacto con ella, unas cuantas cartas, e-mails, llamadas... Pero a pesar de eso, su abuela no se desentendia de ella.

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El sábado de esa semana, su madre como siempre se había ido temprano a la oficina, pero sin dejarle el desayuno. Liliana tuvo que prepararselo. Cuando se sirvió su plato, decidió desayunar en su habitación, pues hacerlo en el inmenso comedor era demasiado deprimente, aunque a lo largo de estos seis años, ya se había acostumbrado.

Al llegar a su habitación, encendió el ordenador, abrió sesión en Facebook. Tenía pocos amigos, la mayoría compañeros de clase con los que sólo había cruzado palabra para preguntar sobre tareas o algo por el estilo, compañeros de las anteriores escuelas, otros cuantos que no conocía, y entre esos otros cuantos, existía un usuario con el que platicaba sin preambulos, a pesar de que sabía que eso es peligroso. Despues de su abuela, se podría decir que era otra persona confiable. Ella prefería contarle a un extraño sus experiencias, porque se le hacia menos hipócrita que se lo contara a alguien conocido y solo le diera por su lado. Pero lamentablemente no estaba conectado, no le importó, y decidió esperarlo, mientras navegaba por la red, y encontraba nuevas canciones para sus oidos. A decir verdad, con los dedos de una sola mano, Liliana podía contar a las personas en las que confiaba, y ese usuario era uno de ellos.

Pasada una hora, y sin ningún rastro de aquel amiguito virtual que tenía, estaba decidida a cerrar sesión, cuando un mensaje apareció en la pantalla;

Souno Nosoyuki: qué tal morra? Espero y tengas una mañana de espanto

Ella al instante le contestó.

Negroazul: jaja :P, seras pasota, pues si yo tengo una mañana de espanto, tu la tendras de monstruo come astronautas.

Souno Nosoyuki: petarda :*), oye supongo que ya has escuchado esa rolita de Pxndx verdad?

Negroazul: obvi, si no hasta crees que te lo estaría diciendo 77'

Souno Nosoyuki: a mi se me hace que la acabas de escuchar, en lo que me esperabas, buscaste en youtube, a mi no me engañas novata :/

Negroazul: pues sí, pero no te estaba esperando xP

Souno Nosoyuki: ja, no trates de negarlo.

Negroazul: qué? me espias? /0\

Souno Nosoyuki: puede ser. Las cámaras que tengo en toda tu casa te delatan. La que tengo en el baño dice que no te tallas bien la espalda... ;)

Negroazul: cerdo! Jaja, claro 77' te creo que tienes cámaras en mi casa.

Souno Nosoyuki: naaaa, la verdad es que no. Pero mi intuición masculina me lo dice.

Negroazul: intuición masculina? O_o, eso no existe xD

Souno Nosoyuki: no te rias. Algún día los hombres tendremos como las mujeres INTUICIÓN. Feminista en potencia :P

Negroazul: ajam see claro ¤¤'. Oyee!!! Yo no soy nada feminista...

Y así prosiguierón durante una hora su conversación, hasta que "Souno" tuvo que irse.

Souno Nosoyuki: lo siento, tengo que irme, esto de que en vacaciones tengo que irme a otra casa es un relajo, pero alrato seguiremos conversando. ;)

Negroazul: sí NTP, de todos modos yo también tengo que apurarme a ordenar mi habitación y cualquier cosa que esté por ahí mal puesta, hasta alrato.

Y el puntito verde de su ventana de chat desapareció. Cerró su sesión, y comenzó sus labores.

Hacia la hora de comer, Liliana ya había terminado, la casa estaba un poco más ordenada, a pesar de que su situación economica era excelente, su madre prefería no tener servicio de limpieza, y ya fuese Mirna o Lilí las que se encargaban del aseo. Ella veía dibujos animados, a pesar de sus 15 años de edad. Prefería ver las caricaturas, a los programas juveniles. Se le hacían demasiado bobos. Su atención del televisor se quitó cuando escucho la cerradura de la puerta.

Eran "los tortolos" como ella los llamaba a Mirna y Francisco. Ellos se veían felices. ¿Ahora qué estaran tramando estos caimanes?.

Nunca más en SoledadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora