36 ¿Significa que somos novia y novio?

647 51 8
                                    

Llegando al departamento lo primero que hago es meterme a bañar, es algo que me ayuda a estar más tranquila.

Las ganas de llorar son inevitables, esas personas eran en quienes más confiaba y me traicionaron.

Una vez me calmo salgo de la ducha y entro a mi habitación. Supongo que Seth esta en la suya durmiendo por lo que decido no molestarlo más.

Me acuesto en mi cama y todas las emociones negativas que sentí el día de hoy me vuelven a invadir.

La puerta de mi habitación es tocada y respondo para que pase, obviamente es Seth.

Me acomodo bocabajo para que note que estuve llorando.

—No tengo sueño —dice —por eso decidí venir a alegrarte con mi presencia.

Se acuesta a un lado mío.

—Yo tampoco tengo sueño —susurro.

—¿Puedes mirarme?

—No, estoy cómoda en esta posición.

—No me mientas —pide mientras acaricia mi espalda.

Decido hacerle caso y me acomodo ahora bocarriba.

—Tus ojos hinchados te delatan.

—No debería estar llorando.

—Claro que debes.

—Es que es una tontería.

—Si te lástima no es ninguna tontería.

—No quiero hablar sólo abrázame —le pido y el enseguida lo hace.

Mi rostro queda en el hueco de su cuello y él me rodea con sus brazos que de alguna manera me hace sentir mejor.

—No deberías guardarte lo que sientes —comienza a decirme.

—Siento que si lo digo en voz alta sonare cómo una idiota.

—No pienso que sea así.

—Es que, me duele lo que dijeron —comienzo a hablar —se supone que eran mis amigos, yo simolem quiero saber que fue lo que hice para que me tratarán y hablarán de esa forma.

—No fue tu culpa, las personas a veces están frustadas con ellas mismas y prefieren desquitarse con los demás.

—¿Crees que sea eso? —le pregunto.

—Claro, además evidentemente para ellos tu vida es perfecta y eso no les agradaba.

—Mi vida es todo menos perfecta.

—Eso ellos no lo entienden.

Quedamos en silencio por unos segundos, ya que me he calmado y estoy más enfocada en las caricias que Seth me está dando.

—Lamento meterte en toda esta situación —me disculpo.

—Fue divertido verte golpear de nuevo a alguien —bromea.

—A mi también me gustó darle ese puñetazo, ya se lo tenía guardado.

Alza su rostro para mirarme.

—¿Puedo besarte? —pregunta.

—No vuelvas a preguntarme eso, te doy todo mi consentimiento para que me beses cuando quieras.

—No sabes lo feliz que me hace escuchar eso.

Acerca su rostro para besarme lentamente.

Lo tomo de la nuca para acercarlo más, aunque no podemos estar más cerca de lo que ya estamos. 

Cancha de campeonatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora