22 Échale la culpa al alcohol

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La idea era solo darle su regalo a Seth y retirarme a mi casa, pero ahora estoy sentada con Seth y sus amigos «que no me miran de buena manera» a punto de jugar algo.

Siempre espera lo inesperado.

—¿Qué jugaremos? —Karla pregunta.

—Yo digo que juguemos ¿Qué probabilidad hay? —propone Diego.

Debe estar bromeando.

—Me gusta, es sencillo y divertido —Karla le sigue.

—Pero todos los que acepten deben estar consientes de lo que puede conllevar este juego —un chico que reconozco que está en el equipo pero no se su nombre habla.

Es momento de huir pero algo en mi quiere quedarse, no se si es el alcohol en mi cuerpo que me da la valentía de quedarme pero lo hago. Seth tampoco lo veo muy convencido pero al igual que yo no se levanta.

—Usaremos una botella así como en verdad o reto solo que aquí diremos ¿Qué probabilidad? —. Espero que todos sepan de que trata el juego.

Al parecer todos lo sabemos por lo que da inicio al juego. Él es el primero en girar la botella y le toca a Diana quien sólo le pide dar un beso en la mejilla a la persona que está a su derecha y esa persona es Carl.

Bien, al parecer no son tan extremistas.

La primera vuelta es tranquila pero algo me dice que es solo para calentar.

Diego gira la botella y se para en Seth.

—¿Qué probabilidad hay de que le des tres besos en el cuello a Andrea?

Eso era algo que no me esperaba y supongo que Seth tampoco porque está bastante sorprendido.

—Dos —dicen al mismo tiempo.

El corazón se me quiere salir del pecho, trato de pensar en que no es la gran cosa, solo son estúpidos besos en el cuello.

—¿No te molesta Andrea? —Diego me pregunta con una sonrisa de burla.

—No —susurro.

Seth se levanta y camina hasta donde estoy yo, se agacha hasta que nuestros rostros se encuentran.

—Que tengan pasión Seth —Diego esta disfrutando mucho de esto.

Seth aparta mi cabello de la parte derecha de mi cuello y tan solo con ese toque siento que me voy a desmayar.

Veo como se humedece los labios y el primer beso lo da en la separación de mi hombro y la clavícula, sube más para el segundo, puedo sentir que abre un poco más sus labios y el beso es más húmedo.

Estoy tratando de no hacer muchas expresiones pero él me lo está poniendo muy difícil.

El tercero es un poco abajo de mi mandíbula y hace lo mismo que en el segundo, lo que no esperaba es que me diera un leve mordisco.

Piensa en Dios Andrea.

Antes de regresar a su lugar me da una última mirada en la cual puedo notar que su mirada cambio.

Sacudo la cabeza y miro a otro lado, él solo regresa a su asiento mientras todos nos miran cono si fuéramos lo más interesante.

—Bueno —Diego carraspea —sigamos.

El turno es de Karla y la botella apunta al chico llamado Víctor.

—¿Qué probabilidad hay de que lamas el pie de Diego?

—Debes estar bromeando —Victor exclama.

—Para nada.

Lo bueno es que son amigos.

Cancha de campeonatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora