Hey You

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El hombre entro despacio al interior de la casa, en la cocina vio a la chica batallando para preparar su comida, sonrió de lado y se acerco.

-Si sigues así, te harás más daño. -hablo tan despacio y tranquilo como siempre.

Ella giro a mirarlo y sonrió de lado.

-Cortame una mano y te demostrare que lo que se va a lastimar es esta cosa del demonio. -golpeo la zanahoria.

Duncan levanto una ceja, no tenia sentido lo que había dicho, pero no dijo nada.

-Sientate, yo me encargare yo. -le tengo la caja con donas.

Ella lo miro con agradecimiento y abrió la caja.

-¿Vas a comer conmigo? -lo miro antes de morder su dona.

El hombre rompió un par de huevos y la miro.

-Por supuesto. -asintió.

Para ambos era extraño el ambiente, ella no confía en los extraños y Duncan, no se había permitido acercarse a nadie, no después de... Ella.

-¿A donde vas? -la miro curioso.

Ella suspiro, no le gustaba que la cuidara tanto.

-A revisar el perímetro, no quiero sorpresas. -tomo su chaqueta.

Duncan la observo un momento, tenia la ropa adecuada, pero aun así le preocupaban los puntos que el mismo tuvo que hacer.

Duncan la observo un momento, tenia la ropa adecuada, pero aun así le preocupaban los puntos que el mismo tuvo que hacer

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-Yo podría hacerlo. -dijo como si nada.

Colette suspiro, aun no confiaba en aquel hombre, ella tenia que ver que era seguro seguir ahí.

-Nah, no te preocupes, la edad ya debe de hacer que el frío te pase factura, yo me encargo. -le guiño el ojo y salio.

Duncan negó y siguió con la comida; se había dado cuenta que esos comentarios son solo una fachada y honestamente no le afectaban.

-Te mostrare lo que mi edad puede hacer. -murmuro y sonrió de lado.

...

Colette revisó, las trampas que tenia seguían intactas, todo seguía en orden, nada estaba fuera de lo común y eso le gustaba.

-Malditos imbéciles, también yo soy una imbécil, que idiota fui y ahora estoy jodida a causa de mi estupidez. -murmuro y suspiro.

Se arrepentía tanto de haber trabajado con esa gente, se dejo llevar por la vida fácil y ahora le pasaba factura.

-Maldita sea. -se quejo al sentir dolor en el abdomen.

-Te dije que yo me encargaba. -dijo desde su sitio.

Colette giro los ojos, pero no dijo nada.

-No soy el enemigo, si quisiera dañarte, ya estarías muerta niña. -levanto la mirada lentamente.

Dream On 😈Duncan Vizla& Colette Dubois😈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora